martes, 27 de diciembre de 2011

Herramientas y otros útiles



Entre Navidades y cumpleaños, he atesorado toda una nueva colección de utensilios, herramientas, ingredientes, referencias... Todas nuevas. ¡Y quiero compartir mi entusiasmo!



- Un molde de silicona con forma de corazón
- Un molde de silicona con forma de árbol de Navidad
- Moldes de silicona para cupcakes
- Colorantes en gel de Wilton, caja básica
- Purpurina comestible
- Cortadores de galleta con forma de osito, corazón y elefante
- Molde de silicona de muñecotes
- Bandeja de horno con formas de árbol de Navidad y hombrecillo de jengibre
- Fondant de M&B lila
- Fondant de M&B melocotón
- Y aunque no están en la foto: un aroma de champagne y otro de algodón de azúcar

Los libros:
- Magdalenes y pastelillos
- Gofres y crepes
- Cupcakes
- Bizcoletas








Por lo que su homónimo cinematográfico tienen que ser herramientas que se usen para construir una buena pieza.
Para hacer una pieza de cine, ya estemos hablando de un corto o de un largometraje, la primera herramienta que usamos es el guión.

Guión ha acabado siendo un término de uso común. Que si el guión de esta peli no me convence, tiene fallos en el guión... Así, guión ha acabado por significar dos cosas diferentes:
a) El concepto abstracto que recoge de qué va la película, cómo se desarrolla... Pero no es estricatamente el guión, si no más bien la representación imaginaria que un espectador se hace de él.
b) La propia herramienta escrita, con un estilo y unas reglas definidas. La que me interesa es ésta, ya que se trata de una herramienta para rodar un pedacito de cine. Incluso en esta definición de guión, está mal usado el término, ya que se trata del guión literario; a pesar de que hay que huir de la literatura como de la peste para escribir uno. Estos guiones no aceptan figuras, no aceptan florituras... básicamente se trata de escribir el desarrollo de la historia para que pueda ser visible para quien vaya a rodarlo. Lo que nos lleva a una de sus características más importantes: el guión es una herramienta, no un fin. Eso supone que no va a ser apreciado como una obra de arte, que puede ser modificado y es algo en lo que basarse, una guía. Por eso suele ser recomendable que algunas cosas resalten a simple vista (como que determinado personaje hable, si se oye algún ruido, etc.)


El guión técnico: Éste no es lo que conocemos como guión. Son indicaciones de cómo o dónde colocar cámara, luces, si hay diálogo, dónde están los personajes en relación al eje... Una guía de qué hay que tener en cuenta, escena por escena.

El storyboard: la forma más fácil de explicarlo es decir que es el guión dibujado (normalmente es el guión literario el que se dibuja, pero al hacerlo, también entras en el campo del guión técnico).


lunes, 19 de diciembre de 2011

Galletas con superpoderes


Mi siguiente receta es un experimento, quería probarla por curiosidad. ¿Funcionaría o no? Un amigo me había asegurado que el plátano funciona como sustitutivo del huevo en las recetas dulces. Yo, aunque entiendo porqué una persona moralmente decide dejar de comer bichos; soy una escéptica vegetariana. En la parte práctica quiero decir, la de encontrar alimentos sustitutorios para algunas cosas (de toda la discusión moral y ética que se puede extraer no estoy hablando, porque no parece que eso encaje en un blog de repostería y cine, aunque si a alguien le apetece, podemos iniciar un debate en los comentarios).


Prometo que en las siguientes recetas habrá más y mejores fotos del proceso y del resultado

INGREDIENTES:
- 2 tazas y media de harina
- 1 taza de azúcar (yo he usado mitad blanco, mitad moreno)
- 1 cucharadita de levadura de repostería
- 1 cucharada de canela (siempre suelo añadirle algo más de lo que indica la receta, porque me gusta mucho la canela)
- 1 pellizco de sal
- 1 plátano (cuanto más maduro mejor)
- Media taza de margarina a temperatura ambiente

Para la decoración:
- 2 tabletas de chocolate blanco
- Colorantes líquidos alimentarios de Vahiné
- Sprinkles (de Vahiné otra vez)



RECETA
Aplastamos el plátano hasta hacerlo papilla y mezclamos con la margarina y el azúcar hasta hacer una masa con consistencia de pomada.
En otro bol, tamizamos la harina con la sal y la levadura y se lo adjuntamos a la mezcla del plátano. Tiene que quedar una masa sin grumos, mi consejo es que lo amases con las manos, es más sencillo y se va a mezclar mejor, ¡y es más divertido!. No la pruebes, porque te la vas a comer entera... ahora sabe más a plátano que una vez hechas.
Haz una bola compacta y métela en una bolsa de plástico. Lo mejor es que te busques algo que hacer (yo no quiero decir nada, pero tienes el tiempo perfecto para ver la película relacionada...), porque van a tener que estar en la nevera un par de horas para que se endurezca.

Tic Tac
Pre-calienta el horno a 200ºC y prepara una bandeja, yo le puse papel albal por encima, para que luego no se peguen.
Coge harina y espolvoréalo encima de una superficie y saca la masa de la nevera. Déjala sobre la harina y extiéndela con un rodillo. Tiene que quedar toda la superficie con un grosor de alrededor de 1 centímetro, aunque a mi me suelen gustar un poquito más gorditas. Con los cortadores vete haciendo las formas y vete dejándolas en la bandeja que has preparado previamente. Mételas al horno durante unos 20 minutos. Pero vigílalas, que es mejor que no se quemen. Pínchalas para ver si están ya. El truco está en sacarlas cuando los bordes empiezan a ponerse doraditos. Sácalas y déjalas enfriar (despégalas del albal, aunque es bastante sencillo), que para decorar tienen que estar frías.

A la hora de decorar, hice algunas exclusivamente veganas, y otras (las que se ven en la foto son parte) solo vegetarianas, porque llevan chocolate blanco y leche y eso no es vegano...
Derrite las tabletas de chocolate blanco con unas gotas de margarina (la margarina le da brillo, pero se quema mucho más fácil) con cuidado de que no acabe churruscado y en la basura. Sepáralo en tantos boles como colores quieras y coloréalo con el colorante. Vete echando de gota en gota, que siempre podrás darle más intensidad, pero no quitársela. Y ahora decorarlas al gusto.
Yo he usado cortadores con forma de corazón, estrella, árbol de Navidad (muy apropiado para las fechas) y unas con forma de donut, pero como lo del centro también se cortaba, pues he aprovechado para hacer galletas botones.



RESULTADO
Puedo decir a boca llena que quedaron buenísimas y ni siquiera se notaba que la mezcla está cuajada de plátano. Realmente no saben a plátano. Y a cualquiera que no lo supiera, le podían colar como galletas normales. 100% recomendable.
Eso sí, en mi manía de hacerlas de colores, tinté de azul la mitad de la masa. La otra parte las hice naturales. No le afecta al sabor, pero sí es cierto es que puede afectar a la cocción. Al ser de otro color, es más difícil controlar si éstas están bien hechas y no se están quemando. Otra vez, la prueba del palito es esencial. A mi me quedaron un poquito duras, pero es que también me gustan así...
Estaban para comérselas, con esos colores y ese sabor...



PELÍCULA
Para entender por qué he titulado galletas con superpoderes, sólo hace falta ver esta escena de la película que he elegido:


Scott Pilgrim vive en Toronto. Scott Pilgrim toca el bajo en un grupo. Scott Pilgrim está saliendo con una chica del instituto. Scott Pilgrim no sabe cortar con las chicas. Pero sobre todo, Scott Pilgrim está enamorado de Ramona Flowers. Pero para poder salir con Ramona Flowers tendrá que vencer a sus 7 malvados exnovios que intentarán matarle.

Argumento absurdo donde los haya, pero es lo que ocurre cuando pones a un canadiense a dibujar. Concretamente al señor Bryan Lee O’Maley después de ver un concierto del grupo Plumtree (también referenciado en la película) con una canción llamada “Scott Pilgrim”. El argumento no son más que unas escuálidas líneas, parece que no va a dar para más, pero a mi hasta se me hizo corta. Y es que esta película que me pareció sinceramente descacharrante, está basada en los 6 tomos del cómic que dibujó este caballero. La película la dirigió en 2010 otro señor llamado Edgar Wrigth (que tiene otras joyas como Zombies party).

El cómic

De la “precuela” de la película a la “postcuela”. Vamos, que en realidad no son antes o después de la historia de la película. Pero después del film, salió el videojuego. Es un beat’em up clásico, vamos, el de ir consiguiendo vidas extras mientras pateas el culo a otros señores, pero con muñecotes graciosos, perfecto para los veteranos y los nostálgicos (y para jugar en grupo o cuando necesitas aporrear algo). Retro total, y con el mismo sentido del humor delirante de la película. Pero ¡he venido aquí para hablar de mi película!

Scott Pilgrim es uno de esos nombres que tienen que ser compuestos, que no los puedes separar. A él le da vida Michael Cera, el jovencito que dejó embarazada a la joven Juno con sus pantalones cortos. Lo ves y dices “oh, qué mono”. Esa carita de perfecto pringado, de a quien le va a pasar de todo. El qué mono de quien puede aspirar a ser nuestro osito preferido. Y es que no podía haber otro actor mejor. Además tenemos al hermanísimo de Macauly Culkin (Kieran) en un papel en el que no podemos dejar de imaginar con mucho sarcasmo (por nuestra parte digo) al prota de “Solo en casa” sin que nos deje de resultar bizarro. Compañero de piso de Scott Pilgrim, lo conoció de alguna forma gay que Scott Pilgrim desconoce. Y por supuesto Ramona Flowers (interpretada por la actriz Mary Elizabeth Winstead), la chica de la que se enamora Scott Pilgrim. Cambia el color de su pelo con la misma facilidad que yo lo hago de nueva mejor obsesión (es posible que como yo, al final se quede con una) y es capaz de viajar por el subespacio. Y es por su culpa que Scott Pilgrim tiene que luchar contra sus 7 exnovios. ¿Qué tendrá esta chica que a todo el mundo le mola?

Si esta película es un referente es por las incontables bromas, referencias y gags a un mundo de freaks o nerds que hace. Videojuegos (el “one up” de Mario, la canción de la ocarina de Zelda, los KO a lo Street Figther….), cómics (el parche que Scott se quita y arroja es el mismo que el de los mutantes de X-Men, referencias a los 4 fantásticos en forma de camiseta…), películas de culto… Todo un caldo de cultivo para aquellos a los que les haga gracia el metalenguaje audiovisual (¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!).

Otra de las cosas que llaman la atención es la especial banda sonora. Ni mejor ni peor. Como todas las partes en la que la banda del protagonista “lucha” contra otra banda. Esa banda en la película se llama “Crash and the Boys”; y aunque no con ese nombre existe realmente bajo el nombre de “Broken Social Scene”. Aquí una de las canciones (I'm so sad, so sad) más… sorprendentes de la película.

Y para acabar con un fin. El de la película. O mejor dicho, el del DVD y el del Blu-ray. Y es que en los extras, hay rodado un final alternativo. No soy capaz de encontrar algún enlace, parece que ha sido borrado de la red de redes, pero para quien le interese, Scott Pilgrim hace una elección diferente, sin puertas.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cupcakes de merengue y sanguina

¡Mi primerita receta! Y mi primerito consejo, si vale de algo: imaginación. Con todas sus letras. A mi me ha pasado siempre que cuando elegía una receta para trastear en casa, no suelo tener todos los ingredientes. Y acabo haciendo mi propia versión de las recetas supliendo lo que no tengo con un poco de imaginación. Ojo, que no quiero decir que imaginación sea uno de los ingredientes (Lo siento, el primer chiste es gratis).

Y mi primerita confesión: ésta vez no tenía peso, así que las medidas están tomadas entre a ojo de buen cubero, o repostero en este caso; y la aproximación. Salieron cojonudas. ¿Se puede decir eso aquí?¿No será horario infantil? Y eso que se supone que la repostería es una ciencia exacta...


Ya siento que no se vea bien, pero es que solo tenía el móvil a mano, y la idea de este blog aún no había visto toda su luz

INGREDIENTES
Para la masa
- Un chorrito de zumo de naranjas rojas, también se llaman sanguinas (Aquí solo lo he encontrado en los supermecados del Corte Inglés)
- 2 huevos
- 1 taza de harina
- 2 cucharaditas de levadura
- 1/4 cucharadita de sal
- Algo menos de una taza de margarina a temperatura ambiente
- 2 tazas y media de azúcar
- Media taza de leche

Opcional:
- Colorante rojo de Vahiné (me empeñé en hacer la masa rosa)


Para el buttercream (o como está buenísima pero no hay que hacerla)
- Como un cuarto de la tarrina de margarina normal
- 220 gr. de azúcar más o menos
- Media tarrina de queso Philadelpia a temperatura ambiente (de una tarrina normal)
- Colorantes variados si los quieres de colores. Yo he usado los de Vahiné, que de momento no tengo más


RECETA
-De la masa
Precalentar el horno a 180º.
En un bol, batir la mantequilla con 2 de las tazas de azúcar hasta que esté cremoso. Separar las yemas de las claras y añadir las primeras mientras se remueve. Sumarle el zumo de las sanguinas.
En otro recipiente, tamizar la harina con la levadura y la sal. Una vez hecho esto, añadírselo al primer bol, alternando con la leche mientras se bate hasta que todo adquiera una consistencia espesa y homogénea. Como yo los quería rosas, añadí 5 gotas del colorante rojo, revolver hasta que toda la masa presente el mismo color.
Aparte, monta las claras a punto de nieve. Ir limpiando cacharros suele ser buena idea, ya que podrás reutilizarlos cuando lo necesites. Yo monté las claras a mano, pero si puedes hacerlo con la batidora eléctrica, mejor. Cuando esté espumoso, ir añadiendo el resto del azúcar. Cuando tenga tal consistencia que puedes darle la vuelta al bol y el merengue no cae, añadirlo a la masa principal, mezclando con cuidado para que el merengue no baje.
Repartir la mezcla entre los moldes (yo usé unos de silicona, pero en los de papel quedan más bonitos) y hornear durante media hora. La prueba del palito es un buen sistema para saber si están hechos. Pincharlos con un palito o un tenedor y si al sacar queda algo de masilla pegada es que aún le faltan unos minutos.
Sacarlos, dejar enfriar fuera de la bandeja y están listos para decorar.

- Del buttercream (¿o es femenina?)
En un bol echar la margarina derretida y mezclar con la mitad del azúcar. Batir bien hasta que salga una masa aceptable. Ir añadiendo el queso poco a poco mientras se sigue batiendo. A partir de ahí ir añadiendo el resto del azúcar poco a poco, hasta que quede cremoso.
Separa la crema en pequeños recipientes, tantos como colores quieras. Echar unas gotitas de colorante hasta alcanzar el color deseado. Meter la masa en la manga pastelera y... ¡Decora! Si la manga no es deshechable, lávala antes de volver a usarla, que guarrerías las justas.


RESULTADO
Sobre mi felicidad con el resultado, pues algunas de cal y otras de arena, así en plural. En la parte positiva, quedaron muy esponjosos (el merengue hace maravillas), estaban de chuparse lo que haga falta y fueron bastante vistosos. Aunque mi parte preferida es comerme la masa antes de hornearlo... (¿Esto no tiene emoticonos? Necesito uno de sonrojarse)
Mucho mejor...



En cuanto a los despropósitos. Pues especialmente referentes a la buttercream. Es concretamente mi segundo intento. No tenía azúcar glass y era domingo, así que tuve que volver a recurrir al azúcar normal. Como ya he explicado tampoco tenía forma de medir los gramos exactos. Y haciéndolo a ojo, de sabor quedó buenísimo (tanto que hubo quien me persiguió para robarme el bol en el que lo tenía preparado), pero la textura quedó demasiado licuada. A la hora de pintarrajear y decorar conseguí una inundación. Rica, pero caótica. Y lo peor de todo: se acabaron y ya no quedan más...




Descubrí las arancie rosse o naranjas rojas en Italia, por lo visto son bastante típicas de Sicilia. No me gustaba el zumo de brick, pero éste... mmmmmm... Es como si me tomara un sorbito de Italia. Y de los cupcakes que hice reserve parte de la masa para ponerla en el molde de osito que se ve en la imagen para regalárselo a mi hermana, que era su cumpleaños.

¿Jugamos a descubrir qué peli he elegido?




Así que... Italia y familia... ¿De qué película puedo hablar? No me queda si no hacerme a un lado para dejar al gran Marlon Brando al frente de "El Padrino"




Grandísimo Marlon Brando, se dice que llegó al plató con un gato que encontró por la calle, ¡que no estaba en el guión! Igual que cuando se burla del señor Fontane, y eso se puede apreciar en esa cara de los actores de estar pasando por un momento violento, porque nadie se lo esperaba. Y que salvo el loco de Coppola, nadie entendió lo de los algodones en los carrillos. Que el equipo en general, se rió de él. Era un actor conflictivo, no encajaba en la edad del personaje y ni siquiera era italiano. Pero lo hizo él. Y es que el señor Brando es un maestro del cine, uno de los grandes. Por este papel ganó su segundo óscar, pero se negó a recogerlo, mandando a una india en su lugar para protestar en el nombre de su pueblo. Se dice que ni siquiera era india… Brando es más que eso, en realidad, ya que se trata de un señor que en sus buenos tiempos era el sex symbol por excelencia, el típico chico que no podrías presentar a tus padres. Luego… se echó a perder. Como lo es, también, el señor Coppola, director de la película.

Rodada en 1972 por el director Francis Ford Coppola, está basada en un libro que lleva el mismo nombre (escrito por un señor italiano llamado Mario Puzzo). Aunque él mismo afirma que hay alguna escenita filmada por un tal George Lucas (¿le conocen? Espero por su bien que la respuesta haya sido positiva…) Se dice y se comenta que esta película fue un encargo, pero por mucho que fuera un recado, hace falta tener una buena batuta para dar a luz una obra como ésta. Después la saga se completó con otras dos películas (ojito con la revisión que se hizo de la segunda, volviendo a montarla en orden cronológico, que viene a ser lo mismo que herirla de muerte). Mención especial merece El Padrino II, pues siempre todos la usamos como la excepción que confirma la regla a que segundas partes nunca fueron buenas. Sobre cuál de las dos primeras es mejor, existen muchos debates. Entre los actores, destacar al mismísimo Brando, a Al Pacino (en quien nadie creería al considerarlo un enano, pero que calló la boca de muchos), James Caan…

Todos ellos se mueven en el Nueva York recién salido de la Segunda Guerra Mundial, con los italoamericanos divididos entre el poder de 5 familias que controlan las calles. Una de ellas es la de los Corleone, comandada por Don Vito Corleone; que a cambio de un pequeño precio protege la vida y las pertenencias de su gente. Si su gente, muestra respeto, él cuidará de ellos. Pero La Famiglia puede estar en peligro, otras familias quieren su parte del pastel y su seno podría estar descabezado el día que falte el Padrino.

Muchas de sus escenas son especialmente realistas, como por ejemplo, cuando Sonny golpea a su cuñado, marcó tanto el golpe que le rompió un par de costillas. Y otras que debían aparecer no aparecen. Todas las malas lenguas cuentan que Frank Sinatra, sí el de New York New York, presionó mucho para rebajar la aparición del personaje Jhonny Fontana, porque estaba mucho más que claramente inspirado en él. Una vez más, la diferencia entre homenaje y pulla es difusa.

Esta película ha dejado en el imaginario colectivo muchos símbolos que hoy en día tienen su total significado. La cabeza de caballo como amenaza no tan velada hacia aquello que más amas, las naranjas como anticipo de la muerte (se dice que aparece una antes de cada una de las muertes importantes de no solo la película, si no de la saga).

Todo esto convierte El Padrino en un clásico del cine, en un imprescindible. No haberla visto puede ser razón suficiente para quedar marcado socialmente para no siempre. Puede que no sea para tanto, pero debería… Pero ocurre que una película por buena que sea, no va a pasar a la Historia del cine en mayúsculas si no ha sido lo suficientemente parodiada o homenajeada o plagiada (la línea entre los dos últimos es taaaaan subjetiva).

Una escena de los Soprano, un capítulo entero de Los Simpson... En otra de las escenas de Los Soprano, Tony está comprando naranjas cuando le tirotean.

La estética de la historia está especialmente cuidada, desde los trajes italianos de mafiosos, las caras italianas, la forma de hablar, el deseo de americanizarse de los italoamericanos de segunda generación (sobre todo llamativo como cada uno de ellos se ha buscado un equivalente americano a su nombre italiano original). Otro de los pilares fundamentales de la película es la banda sonora, compuesta por Nino Rota. Cualquiera de nosotros podríamos identificarla, aún sin haber visto la película y con solo unas pocas notas. No soy crítica de música y no me veo capaz de entrar en más detalles, pero creo que puedo afirmar sin demasiado miedo a equivocarme de que se trata de una pequeña obra maestra.

Así, la historia que nos cuenta presenta valores, esas cosas que un hombre de honor debe seguir. El respeto, el honor, la familia (con todo lo que significa, protegerla, cuidarla, respetarla), la lealtad, el sentido de pertenencia…

Lo que muchos le achacan es que da una versión excesivamente romántica de la mafia (palabra que por cierto no aparece en ningún momento en la saga dicen que debido a la aparición de hombres trajeados y con metralletas; como tampoco aparece ninguna mención a la Cosa Nostra, que se ocupa particularmente de la isla italiana de Sicilia y desde donde evoluciona la italoamericana), muy idealizada. Porque no podemos olvidar que es una película de mafiosos, y que por tanto nos habla de una historia de traiciones que se pagan con la propia sangre, de una organización delictiva, de un grupo donde el papel de la mujer se limita a satisfacer a su padre y a su marido…

Y con todo esto y alguna cosa que seguro que me he dejado les invito a disfrutar de una buena peli acompañada de unos ricos cupcakes.

Naranajas en los cupcakes... ¿morirá alguien?

martes, 13 de diciembre de 2011

Con azúcar todo está mejor


Buenas noches pues! Yo soy Enara, de Barakaldo (una ciudad al lado de Bilbo) y aunque no es nueva, la mía también es la insana obsesión por la repostería. ¿Qué podría decir? Me encanta cocinar, dibujar y los dulces y de todo esto junto sólo podría salir algo con mucho azúcar y este blog. Como bien dice mi compañera la base de todo esto es la retroalimentación y las ideas paralelas, como postres y cine.

Yo no soy tan ducha como ella en este segundo tema, pero aportaré con lo que pueda, sobre todo con películas de animación o japonesas, que son también una gran pasión :)

Así pues, sean Bienvenidos a nuestra morada, entren por su propia voluntad y depositen algo de la felicidad y los postres que traen consigo!

Mi nueva mejor obsesión



Buenos y dulces días. Me llamo Ainize, soy de Bilbao y tengo una nueva mejor obsesión: la repostería. Descubrí que podía formar un club de adictas anónimas a la repostería y como nos retroalimentamos, decidimos que la mejor de las ideas era crear un blog para hablar de nuestros proyectos. Pero quería darle al blog un toque más personal, más raro. Pensando, pensando...

¿Y si mezclamos más de un hobby? Soy cinéfila, incluso estudié para ello y recordando grandes títulos de blogs como Asesinos y pizzas, Gourmet gaming... ¡cine y repostería, por fin juntos! ¿Qué puede fallar? Así, este blog nace con la idea de publicar recetas y resultados de las mismas acompañados con una película que relacionemos.

Esto es un planazo: peli, mantita, dulces y buena compañía