lunes, 30 de enero de 2012

Cuplletas de chocococo


Había acabado exámenes y tenía un par de días libres a la mañana. Y la señorita Nara llevaba desde antes de Navidades diciéndome que le debía una quedada respostera, para reposterizar, básicamente. Y yo había comprado hacía poco crema de coco. Simplemente por curiosidad repostera. Y había que darle salida. ¿Con qué podía quedar bien? La respuesta era tan obvia... coco con chocolate. A esto que se me presentó la señorita por la mañana en casa, las dos ajustaditas de tiempo pero dispuestas a darle buen uso a las cosas que habíamos comprado. Me voy a gastar la paga en mantequilla y azúcar glass...



INGREDIENTES
Para la masa:- 2 huevos
- 175 gr. de harina
- 115 gr. de mantequilla
- 200 gr. de azúcar
- 1 sobrecito de levadura tipo Royal
- 200 ml. de crema de coco
- mucho coco rallado (es que le echamos hasta que nos pareció)

Para el relleno:
- 1 tableta de chocolate de hacer (el resto ha pasado a mejor vida por otros métodos)
- 30 gr. de mantequilla

Para la buttercream:
- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 300 gr. de azúcar glass
- 100 ml. de crema de coco
- Coco rallado
- Colorante morado Wilton

Para decorar:
- Corazones de Vahiné
- Coco rallado




RECETA
Como siempre, lo primero de todo es poner a precalentar el horno a 180º.
En nuestro bol de siempre, ponemos la mantequilla con el azúcar y batimos hasta que se integre. Le añadimos los huevos y a batir otra vez. Después le iremos añadiendo la crema de coco y lo removeremos bien. Tamizamos la harina mezclada con la levadura y lo batimos. Solo queda incluir el coco rallado. Probando la mezcla hasta que el coco esté a nuestro gusto.

Rellenamos las cápsulas. En mi caso, desde que empecé con esta obsesión es la primera vez que uso las cápsulas de papel, aunque me apoyé en los de silicona para que no se desparramara.
Los metemos al horno durante unos 15 minutos y los sacaremos después de que la prueba del palillo salga negativo.

Mientras se van haciendo, en otro bol, derretimos el chocolate con la pizca de mantequilla en el microondas. En otro bol, ponemos la mantequilla reservada para la buttercream y poco a poco adjuntamos el azúcar glas. Batimos unos 5 minutos a baja potencia, hasta que la mantequilla esté hecha completamente puré. Después, aumentamos la velocidad de batido. Tiene que formar una pasta con una consistencia similar a la pasta de dientes para poder manejarla. Metemos un palillo en el colorante y lo arrastramos por la buttercream y vamos removiendo hasta que consigamos el color apropiado. Es mejor ir añadiéndolo poco a poco, porque puedes intensificar el color, pero no quitarlo.


Cuando las cuplletas se enfríen (es importante, porque si no, se van a reblandecer) los rellenaremos.


Rellenamos la manga pastelera (¡tengo una de plástico!) y de fuera hacia adentro la colocamos sobre los postrecillos. Y colocamos estratégicamente los corazoncitos sobre la buttercream y espolvoreamos con coco.



RESULTADO
Bueno... Como invento híbrido no está mal, ¡ya he creado un postre!
Claro que si la intención original era hacer cupcakes de coco pues todo cambia un poquito. En el horno se estaban hinchando y ¡parecían cupcakes de verdad! Pero de repente, cual tristes postrecillos han empezado a bajar y parecían tartaletas. Claro que con un poco de buttercream monos podían quedar. Incluso estaban mejor que comestibles, personalemente a mi el invento me ha gustado. Pero mi hermano se ha estado riendo de mi durante días. Luego, cuando los ha probado ha confesado que estaban buenos, con la parte de arriba con ese saborcillo a galleta y la base completamente cupcake... Ahora, creo que el que sea un fanático del coco, ayuda.


PELÍCULA
Cuando esperas una cosa y sale otra... ¡It's a trap! Así que me voy a permitir recomendaros una película un tanto curiosa. Una mezcla de géneros que consigue un género nuevo por si sola.


The Rocky Horror Picture Show

Por razones personales no puedo hablar de esta película más en profundidad. Solo diré que es un musical que hace bandera del glam rock. Una parodia de las películas de serie z, que no es apta para todos los estómagos. No hace falta decir más que sale Tim Curry en corsé y travestido.

Hacer mención también de las miles de veces que se ha representado en teatros buscando activamente la participación del público.
Recomendable, aunque no para estómagos delicados. Si puedo, me pensaré hacer una crítica más en profundidad, ya veremos.
¡Que aproveche!

jueves, 26 de enero de 2012

Algodón de azúcar en forma de galletas

Para celebrar que he acabado exámenes, traigo nueva entrada. Y eso que parecía que me iba a tomar un descanso. La elección tenía que ser algo sencillo y fácil de hacer. Y sobre todo, algo que me dejara experimentar. Quería experimentar con el aroma de algodón de azúcar y en Gallitelandia encontré la respuesta. ¡Galletas de algodón de azúcar!
Aunque tuve que amoldar la receta, porque mi aroma de algodón de azúcar es concentrado.





INGREDIENTES
-350 gr. de harina
-200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-150 gr. de azúcar
- 1 huevo
-4 gotas de aroma de algodón de azúcar concentrado
-colorante rosa y rojo de Wilton





RECETA
Como siempre, lo primero es precalentar el horno a 180º
(como recomendación de hoy: no dejarse cosas dentro;).

En un bol, ponemos la mantequilla que al estar a temperatura ambiente, decimos que está en el punto de pomada. Añadimos el azúcar y batimos.



Es mi nueva barilla rosa. La anterior que tenía era de metal y ésta de plástico. Creo que al trabajar se nota la diferencia. Por otra parte, aunque parezca un orinal, no lo es.

Cuando parezca que la mantequilla se ha tragado todo el azúcar, le echamos el huevo y batimos. Y le añadimos las gotas de algodón de azúcar. Es importante removerlo bien para que el sabor se vaya expandiendo. Por último le agregamos poco a poco la harina y vamos batiendo hasta que se integre todo.

Separamos la masa en dos recipientes diferentes. Metemos un palillo en el colorante y lo restregamos en la masa. El colorante Wilton tiñe muy rápido y no se necesita mucha cantidad, acostumbrada al Vahiné, es una diferencia enorme. Repetimos el proceso con el otro colorante y otro palillo. Y batimos hasta que el color de cada uno sea homogéneo.




Mi recomendación, y más con esta masa: trabajar con las manos para darles forma. Que lo de mancharse haciendo repostería es una de las partes divertidas del asunto. Hice dos tipos y medio de tipos de galleta de algodón de azúcar. Mi intención primaria era hacer todo bastoncitos, para lo que cogeremos un poco de masa rosa y haremos un churrillo fino, lo mismo con la roja.


Parecen gusanos... T_T Tengo un problema personal con los gusanos.

Los entrecruzamos hasta conseguir hacer bastoncillos. Es más difícil de lo que parece, porque se van desmenuzando. Creen que pueden iniciar una rebelión y no hay que dejarles. Al final los acabé haciendo de todos los tamaños posibles.


La textura me recordaba a la de las pechugas de pollo

También usé cortadores con forma de corazón, oso y elefante.



La otra media forma es porque solo hice una galleta especial. Como ofrenda a nuestro señor master de Aquelarre.



Los metemos al horno durante 15 minutos. Los dejamos enfriar y voilá.



Para la presentación con un poco de plástico transparente de envoler comida y un cacho de lana, se puede apañar un envoltorio resultón:




RESULTADO
Maravillosas. No se las puede definir de otra manera. Riquísimas.
Tenía dudas de cómo saldrían, por eso de que calcular cuanto aroma echar de algo que no había probado nunca era complicado, sobre todo porque es concentrado (que se traduce en que el bote es muy pequeño y no hay que echar más que unas gotas).


Pero el resultado es más que aceptable. Incluso más que notable. Sí que hubo problemillas solventados. Le pedí a mi hermano que me sacara las cosas del horno y cuando después de ponerlo a precalentar y empezar a oler mal miré dentro, se había dejado dentro una bandeja y una sartén con aceite...
Nuevo problema con el huevo: no parece un huevo muy actual y creo que eso se ha traducido en que la masa parecía aceitosa. Así que señoras y señores, como recomendación, háganlos con huevos nuevos. A la hora de manejar los churretes ha sido un poco engorroso. Además, como la masa era diferente a la consistencia de las otras galletas que he hecho, no sabía si estaba bien; pero resultaba que sí.
Debido a mi indecisión la gran complicación de toda la receta ha sido elegir los colores. Aunque después, han quedado un poco descoloridos, yo que los quería rojos y rosas... Eso sí, quedaron bonitos. Y la segunda hornada quedó un poco peor, porque hacer demasiadas cosas a la vez suponga que las del fondo se te quemen un poquito.
Y triunfaron. Volví a oir eso de "es lo mejor que has hecho hasta ahora". Aunque esta vez, tengo que estar de acuerdo. Estaban dulces, pero no empalagosos. Había quedado con un grupo de amigos y les bajé galletas. Se lanzaron a por ellas como si no hubieran comido en años. O como si no hubiera mañana.



Ahora, a por cupcakes de algodón de azúcar.


PELÍCULA
Quería una película que pareciera para niños, pero contuviera algo más que un mensaje para adultos. Que jugara con cosas como algodones de azúcar y fuera más que eso. Solo había una opción de la que tirar. Solo podía ser algo de Pixar. Y tampoco una peli cualquiera:


Además, debido a ciertas circunstancias, es una peli que habla de viejillos. Los primeros minutos de esta película son una obra maestra, estuvo nominada a mejor película y no en la categoría de animación. Aunque a priori estar nominada no quiere decir que sea la mejor. Hay mucho trapicheo detrás de los Oscar, pero solo una peli de animación ha ganado alguna vez como mejor película, "La Bella y la Bestia".
En no más de 10 minutos cuenta la historia de toda una vida. Sin diálogos construyen una de las historias de amor más bonitas. Tanto, que uno piensa que lo que quiere cuando sea mayor es eso. Los globos (y el porche de Marshall y Lily, de "Como conocí a vuestra madre") se han convertido posiblemente en un icono del romanticismo, lo que a todos los moñas nos gustaría tener en un futuro.
Imposible solo hablar de la técnica de esos primeros minutos, porque es verlos y se te pone un enorme nudo en la garganta. Pero es que narrativamente es maravilloso.
Después la película se convierte en una película entretenida de aventuras, con toques tiernos. Crea personajes a los que es imposible no querer, como las dos mascotas. El pájaro, Kevin, es entrañable, con gestos casi humanos. El perro, Dough, es un perro... Lo que quiero decir es que quitando todo el acompañamiento que implica contar una historia, tiene un comportamiento de perro. No es simplemente un perro humanizado, ¡es un perro! Porque aunque se acabe convirtiendo en un gag recurrente... ¡ardilla!


Quizá la clave de la película está en la relación que se establece entre Carl (el viejillo), Russel (el niño) y la casa (Ellie).
El inicio de la película y su motor para seguir adelante es la relación entre Carl y la casa. Cuando Carl y Ellie se conocen la casa forma entre ellos un vínculo sellado en la promesa de que irían juntos a las cataratas paraíso. Pero por desgracia, es tarde, y Carl establece con la casa la relación que tenía con Ellie. A través de la casa, la mantiene viva, manteniendo viva su promesa. La casa es la personalización de Ellie, le habla como si fuera ella. Tiene que conseguir llevar la casa hasta la catarata, cumplir lo que le prometió a Ellie. Pero para conseguirlo, tiene un tiempo limitado, ya que los globos que hacen volar la casa se van a acabar pinchando.
Y precisamente, el tiempo es algo en estrecha relación con la vejez. Mientras que los jóvenes tienen todo su tiempo por delante, en la senectud, cada vez tienes menos tiempo y eres absolutamente consciente de ello. El tiempo es el peor de los enemigos para los viejillos. No van a vivir para siempre, y lo difícil es asumirlo. Tanto para ellos mismos como otros (que en este caso se trabaja a través de Russel), el peso del tiempo es uno de los pesos más grandes. El tiempo pasado se convierte en el tesoro más preciado, como lo es para Carl el tiempo que estuvo con Ellie.

Russel por el contrario, simboliza todos los obstáculos de Carl para conseguir su objetivo. Es el que "pone en peligro" la consecución del viaje, o del objetivo. No lo va a hacer conscientemente, pero solo colándose en la casa cuando ésta hecha a volar, ya empieza a verse los posibles retrasos que puede ocasionar.

Está claro que los viejillos tienen algo que despiertan nuestra ternura. Quedarse impasible ante el sufrimiento de alguien que está parcial o totalmente impedido (de ahí también que sea importante que a Carl quieran mandarle a una residencia y desahuciarle, o sus problemas físicos que tienen su interpretación en la cojera) es demostrar una alarmante escasez de empatía. No sabemos explicar por qué, pero los ancianos y los niños nos despiertan eso sin poder controlarlo. Y eso que hay toda una serie de teorías al respecto (de las que he hablado a menudo en Opinar que es gratis).

La aventura es solo una excusa para contar algo que conmueve. Y es que esta película tiene algo que soy incapaz de explicar...
Pero es que, ¿qué más da lo que pueda decir técnicamente, de narrativa, de animación...? Solo puedo recomendarla, y jurar odio eterno a quien no la vea.



lunes, 16 de enero de 2012

Glosario de técncicas

REPOSTERÍA

-Enharinar y enmantequillar:
Se trata de una técnica para que la masa no se pega al molde. Con los moldes de silicona no hace falta, pero con los de metal, es necesario para poder desmoldarlo. Es tan sencillo como coger un trozo de mantequilla y untarlo por la parte del molde donde vamos a echar la masa. Después se espolvorea la harina. Sí, se hace con los dedos y sí, es una guarrindongadilla. Pero es divertido.



-Rellenado:
Según la RAE, volver a llenar algo que está hueco. En repostería se trata de descorazonar un bizcocho o un cupcake o lo que sea. Se puede hacer con una cuchara, marcando primero el dibujo e hincándola después. También es posible hacerlo con un descorazonador de manzanas. Evidentemente dependerá del tamaño.
Después se suele rellenar el hueco dejado con algún tipo de crema. Pueden ser mermeladas, chocolate, dulce de leche, lemon curd, merengue, crema de chantilly... Y luego le volveremos a poner la tapita que le hemos quitado.

Rellenado de un cupcake con mermelada de granada
Imágenes propias


-Fondant:
Es una pasta de azúcar dura, pastillas de colores como de plastilina, pero comestibles. Hay muchas marcas y la elección, muchas veces dependerá del clima donde vivas. Sí, suena absurdo, pero la dureza y la amasabilidad dependen un poco de la humedad del ambiente.
Se usan para forrar tartas o cupcakes (para lo que aplanaremos la masa con un rodillo) o para modelar algunas formas. Hay verdaderas obras de arte por ahí.

Bendito Internet que nos provee de fotos

La rosa es de fondant
Imagen propia
-Glasa:
Mezcla decorativa de huevo, azúcar y una gotita de limón, coloreada al gusto con colorantes alimentarios. Se suele utilizar para decorar galletas (aunque a veces también en cupcakes). Normalmente, primero, se marcan los contornos con glasa algo más densa y luego se rellena con el resto de la glasa algo más líquida. Para el contorno se usa la manga y para rellenar el interior un biberón con la glasa.

Internet again


-Icing=glasa

-Buttercream:
Es una mezcla dulce, hecha básicamente con mantequilla y azúcar glas, aunque dependiendo de la habilidad recetaria, ingredientes y ganas de probar cosas nuevas que tengas, puedes incluirle otras cosas. El buttercream puede ir coloreada con colorantes alimenticios. Se usa para decorar tanto tartas como cupcakes. Para poder manejarla, debería tener una consistencia como de pasta de dientes que meteremos en la manga pastelera. Con la ayuda de las diferentes boquillas la
iremos poniendo como queramos.


Ésta es la consistencia que tiene que tener, aunque la foto no es mía



-Decorado con chocolate:
Se trata de fundir chocolate para poder usarlo como decoración. Echándole una gota de mantequilla coge brilo y a veces, hay que ayudarse de muy poquita leche para que esté algo más líquido, pero sin pasarnos, porque luego no se va a poder manejar fácil. Se funde o bien al microondas o al baño maría, removiendo constantemente. Eso sí, tiene que quedar sin grumos, porque luego no se pueden quitar. Además, se endurece muy rápido.
Además de los chocolates clásicos también podemos recurrir al chocolate blanco teñido con colorantes alimenticios o los chocolates tipo melt que ya viene de colores (especialmente para popcakes, bizcoletas, bizcobolas...)

Unos popcakes preciosos de Bakerella, mujer que empezó la revolución de estas cosas por Internet

-Ganache:
Es la mezcla que se usa tanto en trufas como en el relleno o cobertura de bizcochos y compañía. Se trata de la mezcla de nata caliente con chocolate que se puede aromatizar (vainilla, coco, moka, ron...). Es gracioso que el término que es francés, significaba tonto, pero se reutilizó cuando un maestro pastelero llamó así a su aprendiz después de que este se confundiera. O que inventara un relleno...
Después ha evolucionado y a veces no se usa como sinónimo de crema de chocolate, pero sí como relleno.
Ganache Internético

-Merengue:
Cuando se montan las claras de huevo con un poco de azúcar y se le mete aire al batir, toman otra consistencia. El merengue es esponjoso y se puede comer solo (una vez pasado por el horno y convertido en pastelito) o como decoración o relleno. Es un dulce típico de pastelería.

Imagen tomada prestada de Internet

CINE

-Rodar:
Filmar una película, una serie... Todo el trabajo de cámara, dirección, actuación... No todo lo rodado sirve (incluye tomas falsas o tomas que se van a deshechar)


-Grabar:
Aunque se utilice muchas veces como sinónimo de rodar una película ("grabar una película") no lo es. Grabar es el acto físico de fijarlo en el soporte físico. Vamos, lo que ocurre cuando le das al rec.

-Montar:
Elegir, unir y ensamblar las diferentes tomas que se han hecho en un rodaje. Es parte de la postproducción. Cuando se eligen algunas tomas, evidentemente se descartan otras. Es además, una reescritura de la historia, porque en la sala de montaje, puede cambiar mucho. Se pueden quitar frases, escenas, darle otro orden, ajustar el sonido y el color... No será la primera vez que un actor descubre que su pequeño papel ha desaparecido después de pasar por la sala de montaje.
Suele ir asociado al cine. Y antes se hacía cortando y pegando el celuloide (vamos, con unas tijeras). Ahora, como hemos pasado a digital, hay programas informáticos que sirven para montar. Los de mayor uso profesional son Avid y Final Cut.

-Editar:
También se trata de unir, elegir y ensamblar, con un significado muy similar al montaje, la edición suele asociarse con el video y la televisión.

martes, 10 de enero de 2012

Cupcake Runners, de limoncello y granada


Esta receta fue una petición especial. Cuando comenté lo curiosas que eran las recetas con alcohol, haciendo hincapié en que en algunas de ellas el alcohol se mantiene y no solo su sabor; alguien me pidió que hiciera algo con Limoncello. Le estuve dando vueltas para ver con qué podía acompañarlo y tuve que descartar mi primera opción (moras) por falta de producto en el supermercado. En cambio, las granadas me estaban mirando con ojitos. Muchas veces tú no eliges la fruta, es ella la que te elige a ti.



INGREDIENTES
Para la masa (para 24 cupcakes, si queréis la mitad solo tenéis que reducir los ingredientes a la mitad):
- 330 gr. de mantequilla
- 440 gr. de azúcar
- 500 gr. de harina
- 1 sobre levadura tipo Royal
- 60 ml. de leche
- 100 ml. de Limoncello
- 4 huevos

Para el relleno:
- 3 Granadas
- Azúcar

Para la buttercream:
- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 300 gr. de azúcar glas
- 1, 2, 3 o 4 chorros generosos de Limoncello (dependerá de lo cargaditos que los queráis)

Para la decoración:
- Fondant color lila de M&B
- Brillantina comestible color frambuesa


RECETA
Lo mejor es tener la mermelada de granada hecha con anterioridad. Para ello, pelamos las granadas, sacando las frutas. Las ponemos en una cazuela con 4 o 5 cucharadas grandes de azúcar y las vamos cociendo a fuego lento, sin para de remover. Lo más probable es que haya que añadirle algo más de azúcar. Hay que tenerlo en el fuego hasta que la granada se ablande, alrededor de 30 minutos. Cuando ya estén blanditas, lo pasamos por un pasapuré (o un chino, porque los nombres del cacharro éste me han admirado siempre). Y reservamos.

Precalentamos el horno a 180º.
En un bol ponemos el azúcar con la mantequilla y los mezclamos hasta que se hagan uno. Añadiremos los huevos, batiendo hasta que la mezcla sea homogénea. Tamizamos la mitad de la harina junto con la levadura, sin dejar de mezclar. Batimos todo. Si lo estamos haciendo con una batidora eléctrica, es mejor hacerlo a velocidad baja. Le añadimos la leche y volvemos a batir. Tamizamos la mitad de lo que quede de la harina batiendo bien. Le ponemos el limoncello a la mezcla y tamizamos el resto de la harina. Hay que batirlo bien, hasta que la mezcla sea homogénea.
Ya se pueden rellenar las cápsulas, pero nunca hasta arriba, porque se van a hinchar. Yo usé moldes de silicona. Los moldes irán sobre una bandeja de horno.
Metemos la bandeja en el horno sobre 20 minutos o hasta que una vez que hagamos la prueba del palito, éste salga limpio.

Mientras, se puede ir haciendo la (sigo teniendo dudas sobre el género) buttercream. En un bol, mezclar la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas. Es importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente, porque si aún está fría no se va a mezclar bien y si está derretida (por haberla metido al microondas, por ejemplo) la buttercream no va a tener consistencia. Añadimos el limoncello, al gusto, porque dependerá de lo cargados o no que los queráis. Como recomendación, ir probando poquito a poco la mezcla, hasta que esté a vuestro gusto.

Los dejamos enfriar y cuando ya estén fríos, con ayuda de una cuchara les quitamos una tapa del centro. Con el puré de granadas que hemos dejado retirado, vamos rellenándolos y les volvemos a poner la tapa.

Con ayuda de una manga pastelera o una pseudomanga pastelera (yo usé bolsas de plástico a las que les recorté la punta; tengo que hacerme con una buena manga) vais poniendo la buttercream sobre los pastelitos, de fuera hacia dentro, para que le quede la puntita. A la hora de empujar la buttercream, hay que tener cuidado de no recalentar con la mano el contenido, porque la mantequilla se derretirá y será demasiado líquido. Recomiendan que la buttercream tenga una consistencia como de pasta de dientes.

Con ayuda de un pincel, rociamos la buttercream con la purpurina. No le da sabor, es solo decorativo.
Cortamos un trozo del fondant y vamos haciendo las rosas y las diferentes decoraciones como el lacito etc.


RESULTADO
Triunfaron. No se puede decir otra cosa.
A mi me resultaron demasiado dulces, pero aparentemente a todo el resto del mundo les encantaron, más aún que mis otros experimentos. La persona que me las pidió las quería para la noche de Reyes, pero las tuvo que esconder para que llegaran. Y ese puntito alcohólico, no demasiado fuerte, le da un buen punto a favor. Quizá por ello gustaron especialmente.
Por otra parte, ésta vez he cuidado más la presentación y creo que quedaron cucas. También han sido mi primer experimento con el fondant, que me recordó mucho a cuando jugaba con plastilina. Eso sí, entre hacer una cosa y la otra, se fue bastante tiempo.
Y bueno, la buttercream adquiere mejor consistencia cuando pasa algo de tiempo (tampoco tienen que enmohecerse los cupcakes).


PELÍCULA
No tenía nada claro qué película podía acompañar a estos cupcakes. Quería una que tuviera en su trama algún componente alcohólico. Por su dulzor, también me plantee que fuera una comedia ligera y posiblemente romántica. Pero finalmente he elegido algo que no tiene nada que ver:

Es uno de los monólogos del cine más conocidos

La elección de Blade Runner es parte de un proceso lógico, pero imagino que solo para mi. Así que me voy a explicar un poquito, pero solo un poquito.Por una parte, y sin que tenga claro en qué momento empezó la broma, hubo quien me llamaba cylon o robot. Pero bien podría ser también un replicante y ya se ha hecho la broma alguna vez. Pero quizá la razón más importante para haber elegido esta película es el libro en el que está basada:

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Lo cierto es que la novela tiene un título llamativo. Escrito por uno de los grandes de la ciencia ficción, Phillip K. Dick en 1968. Debo decir, que a mi el libro, aunque empuje por completo a una ola de reflexiones, se me hizo denso. Y que prefiero la adaptación al cine que hizo Ridley Scott en 1982, casualmente el año que murió el señor K. Dick. Decir que adaptación sí, pero bastante libre, ya que los pesos en las tramas se reparten de forma muy diferente y hay muchas cosas taaaan diferentes. Para empezar el año en el que está situada. Es una historia futurista, y como con todas las futurologías, es imposible acertar con lo que vaya a pasar. Por eso, para que algunas cosas parezcan verosímiles cuando se hacen adaptaciones de una obra futurista se retrasa la fecha en la que sucede. Bien porque es evidente que esos avances tecnológicos no han llegado o bien porque la destrucción de la vida se desea para más adelante. Y aún hay otras muchas diferencias: la angustia y el polvo (tanto filosófico como literal) son más evidentes, la naturaleza de alguno de los personajes queda más en entredicho en la película (especialmente en el montaje del director, del que supongo que recelo un poco, porque remontar lo ya montado... brrrrr), algunos de los temas del libro en la película se ven apartados (la caja de empatía, el amigo Buster... que tienen una vital importancia en la novela) y sobre todo la obsesión de Deckard (el protagonista) de reemplazar su animal eléctrico por uno real (en el mundo del libro poseer un animal real es signo de prestigio, de estatus, es a lo que aspira todo el mundo; pero son muy caros y el resto tiene que conformarse con un bicho eléctrico).


Pero entremos con la película.

Está considerada como uno de los clásicos entre los clásicos del cine de ciencia ficción y dicen, precursora del cyberpunk.

La de la película no es una estética tan exagerada, porque además, habría que considerarla en el momento en el que se rodó, que evidentemente no es el mismo que el actual.

En un futuro (concretamente en el año 2019), en laboratorios de genética se han creado unos robots, a los que se les llama replicantes; para trabajos duros y como esclavos en las colonias exteriores a la Tierra. Han sido creados para parecer "más humanos que los humanos", lo que dicho de otra forma, supone que es difícil distinguirlos de un humano, solo carecen de la respuesta emocional o empática de los humanos. Pero los replicantes se rebelaron y tienen un plan. No, espera, que me lío con los cylon. Bueno, se amotinaron de forma sangrienta y fueron declarados ilegales en la Tierra. A veces algún replicante huye y llega a parar a la Tierra y tienen que ser cazados por un grupo especial de la policía, los Blade Runners. Deckard es un Blade Runner al que han encargado dar caza al último grupo que ha llegado, especialmente violentos.

Pues esto es ciencia ficción y la buena ciencia ficción está hecha para pensar. Así que esa gran aformación de que los replicantes no son capaces de sentir emociones o empatía va a ser puesta en duda. A la vez que es puesta en duda la capacidad humana para sentirla. Y son precisamente ese tipo de preguntas, de comeduras de tarro lo que me atrapa de la ciencia ficción. La capacidad que tiene para plantearse cosas.

El señor Deckard está interpretado por Harrison Ford (al que parece que las historias estas de la sci-fi le van). Le acompañan una entonces cuasidesconocida Daryl Hannah, Sean Young, Rutger Hauer... y cómo olvidarse de Edward James Olmos (Imposible no volver a acordarse de Galactica y sus cylon, ¡So say we all!).

Hablar de Blade Runner, es hablar de una historia de acción no tan trepidante como una historia de acción. Es decir, que en esta película, es importante todo el trasfondo, todas las preguntas. Como siempre, os animo a verla si no lo habéis hecho y a haceros preguntas. Supongo que debo advertir de algo: hacerse preguntas es enriquecedor, pero suele provocar dolores de cabeza y hay quien prefiere no hacérselas. Allá ellos. Incluso tiene una subtrama romántica. Y es que bebe del llamado cine negro. Muchos de los clichés (digamos que son reglas para entender un género) aparecen aquí: el hombre de la gabardina, la femme fatale...

Ver esta película doblada tiene el plus extra de oir a Constantino Romero, que ya ha convertido su voz en un icono de estos lares. Imposible olvidarse de su tono o de sus doblajes.

Mencionar también que esta película, como tantas otras, tiene más de un final. Esta película ha sido montada y remontada (algo que no me acaba de convencer, ya que se hacen verdaderas averías, sirva de ejemplo la saga del Padrino montada cronológicamente). Yo recomiendo la versión original, la que deja la pregunta en el aire, para que cada uno extraiga sus propias conclusiones. Después, se estrenó también en cines (ya se había asegurado ser una película de culto a pesar del poco éxito inicial que consiguió en Estados Unidos) la versión del director. Lo que llaman el Director's Cut. Es una versión ampliada que no deja ninguna duda. O lo que es lo mismo, para mi, cómo con una sola escena desmontan la magia del qué será.

Otra de las cosas que llaman la atención es el papel que juega el origami en toda la historia. El origami es el arte japonés de hacer figuritas de papel. Y es que a través de estas figuritas se da a entender muchas cosas, y al final me remito.

Y ya, por acabar, comentar el papel importante que tiene la sensualidad en esta película (que no es paralela a la del libro). Tanto la de la bailarina exótica Zhora (trabajadora sexual), como la de Pris (un modelo básico de placer)con esa inocencia peligrosa. Evidentemente, ambas replicantes. ¿Habla de la sensualidad como un artificio de la mujer? Lo que sí es curioso es que a pesar de poner el tema sobre la mesa, no profundiza demasiado, a pesar de contar con elementos más que necesarios (usando como usa la posibilidad de enlazar la esclavitud de unos seres antropomórficos femeninos con una esclavitud sexual etc. y dar pie a un debate o crítica). Pero eran los tiempos que eran cuando se rodó, y ya ha quedado claro que no son los de ahora, en los que aparentemente si no tiene sexo no vende.

Por cierto, el test de empatía "Voight-Kampff", el que hay que superar para demostrar no ser un replicante (test del que ya se duda en la película) trata de sentir empatía hacia animalitos. Creo que lo pasaría ;)

martes, 3 de enero de 2012

Noche de zombies y popcakes

El pasado viernes 23 (pasado de viernes, pasado de semana, pasado de 23 y ¡pasado de año!) decidí que iba a celebrar mi cumpleaños y que no podía si no agasajar a mis invitados con mi nueva mejor obsesión. Y hacer fiestas temáticas es la nueva mejor moda. Había avisado con poco tiempo de antelación y demasiado rebuscado no iba a calar, hasta que me ofrecieron la solución. Ale, iba a ser ¡una fiesta zombie! Así, que dale al rec (sí, ese botón con el círculo rojo) y... ¡grabando!





El presunto resultado





INGREDIENTES



Para la masa de bizcocho de yogur:


- 1 yogur griego


- 1 medida de yogur (usamos el vasito del yogur para medirlo) de aceite de oliva


- 2 medidas de yogur de azúcar


- 3 medidas de yogur de harina


- 3 huevos


- 1 sobre de levadura


Para el montaje:


-Nutella
- Una nuez de mantequilla



Para la decoración:


- Chocolate blanco
- Colorantes


- Palitos (no es un ingrediente, pero para el montaje, son esenciales)
- Rotulador negro comestible




RECETA


Vamos poniendo el horno a precalentar a 180º.
Echamos el contenido del yogur en un bol y usamos el botecito para medir el resto de ingredientes. Al bol le adjuntamos los huevos con el azúcar y lo batimos todo. Tamizamos la harina con la levadura mientras seguimos revolviendo hasta que quede todo bien mezcladito.





Cuando tengamos una masa homogénea, la ponemos en un molde. Yo usé uno de silicona, que nos evita el enharinado y enmantequillado.











Cuando pongamos la masa en los moldes, hay que evitar llenarlo hasta el borde, porque luego se va a desparramar. Yo aproveché lo que me sobraba de masa para hacer unos muñecotes muy simpáticos y unas dentaduras que fueran a juego con la temática.



Los metemos al horno durante aproximadamente 30-35 minutos y hacemos la prueba del palito. Pinchamos en el bizcocho y si sale limpio es que ya está hecho. Dejamos enfriar todos los bizcochos hasta que una vez fríos podemos desmoldarlos. Estos son los muñecotes y las dentaduras:



Una vez enfriado y desmoldado el bizcocho que vamos a usar para los popcakes, lo vamos a desmenuzar con las manos hasta hacerlo miguitas.








Lo que se ve de fondo es la masa de las galletas



Una vez hecho esto, vamos a mezclar en un bol la nutella con la pizquita de la mantequilla para rebajar el sabor de la nutella. Se la vamos a ir adjuntado a nuestras miguitas poco a poco, hasta que no admita más. Tiene que tener una consistencia que permita hacer bolitas con ella. Tiene que ser pegajoso, pero que se mantengan unidas.








A partir de aquí ya no tengo fotos... Pero bueno, las metemos en el frigorífico como cerca de una hora, para que endurezcan las bolitas.



En un bol derretimos el chocolate blanco, con cuidado de que queden grumos, tiene que quedar líquido. Si empiezan a salir grumos, no se va a poder arreglar, así que hay que tener cuidado con este paso.


Cogemos cada una de las bolitas y bañamos su culo en chocolate blanco y les clavamos el palito. Disfruta del proceso, piensa en toda esa gente a la que no puedes ni ver... XD Esto lo vamos a hacer para fijar la bolita al palito y vamos a esperar a que el chocolate se solidifique.


Agarrando cada palito vamos a untar la bola en el chocolate. Dale vueltas para quitar el sobrante y déjalas secar otra vez.


Separa el chocolate blanco en cuenquitos y échale a cada uno unas gotitas para hacer los colores de los iris de los ojos: verde, azul y/o marrón.


Dependidendo de qué color quieres el iris de cada ojo, coge el palo y mete ligeramente la bolita, de forma que solo tenga un círculo con el nuevo chocolate coloreado. Déjalo secar otra vez y con el rotulador negro pínta el círculo de la pupila. Si tienes uno rojo, puedes pintarle venitas también.




RESULTADO


Yo empezaba a gritar ya medio histérica antes de que hubiera empezado la fiesta. Prisas y estrés, malos pinches en la repostería y en cualquier cosa en general (aunque en cambio sí tengo que agradecerle a Andrea esa mano en la cocina.) Y se notó.



Resulta que los moldes de silicona de las dentaduras no eran de horno y tuvimos que despedirlas con lágrimas en los ojos (el humo es lo que tiene); los popcakes llevan su tiempo, especialmente de nevera para que vayan endureciendo y tiempo es lo que no teníamos así que no hubo forma de que no se desmenuzaran al intentar untarlos en chocolate blanco (no pudieron ser todo lo que yo tenía pensado para ellos, no fueron ojos empalados) pero estaban igual de ricos aunque me los pusieron boca abajo y era difícil cogerlos; por una mala comunicación la buttercream para el segundo bizcocho acabó dentro del segundo bizcocho (que entre pitos y flautas no cuajó; eso sí, como bizcocho con salsa de chocolate daba el pego)... Después del primer susto de la masa de los bizcochos, también decidimos hacer también galletas ya que aparentemente teníamos todos los ingredientes, pero no era cierto, porque nos faltaba ni más ni menos que el azúcar. ¡El azúcar! Nada más y nada menos que el azúcar. Solución: ingienería de cocina, miel en vez de azúcar.



Mucho estrés y miedo escénico a que saliera mal, después de la acogida positivísima que había tenido la temática. Y el horno no es al que estoy acostumbrada. Así que un poco desastrosa la ejecución del proyecto, un poco desastrosa la presentación, pero el sabor como de costumbre obtuvo su aprobado (No quedó mucho. Normal, después de que pasara una horda de zombies...)


Curiosamente saben mucho mejor un par de días después...






PELÍCULA



¿Han puesto a grabar? Desvelemos la película...













"Paco, grábalo todo, por tu puta madre..."





Se trata de REC, una peli de zombies. Española, además. Está dirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza. Podría definirse como película coral, o lo que es lo mismo, de varios personajes. Porque claro, todos son igual de prescindibles. Aún así, mencionar especialmente a Manuela Velasco como la periodista que acompaña a los bomberos.







Las películas de terror y yo nunca nos hemos llevado bien. Pero probablemente, ésta marcó una diferencia para mi. La vi con unos amigos entre los que yo no era la persona que más se acojonaba y eso me supuso pensar que si ya había otra persona que se acojonaba, ¿para qué iba a hacerlo yo? Aunque realmente el valor de la película para mi es otro: toda la primera parte me recuerda mucho a otra de mis aficiones, el rol en vivo. Pero llegaremos, como todo.



Lo primero que llama la atención es que se trata de una película española, que extrañamente, tiene un pase. Y me explico. Si a la mayoría de la gente le hablas de cine español, lo más probable es que eche espumarajos por la boca, pero con esta película no ocurre. Gustó, en general.


Argumentalmente no esconde un gran secreto. Una periodista en un programa de esos de seguimiento, acompaña a unos bomberos durante la noche. Reciben una llamada de una anciana que se ha quedado encerrada en su piso, pero cuando llegan al portal (que bien podría ser tu ciudad), todos los vecinos están muy asustados. Una misión rutinaria que se acaba transformando en un infierno. Cuando la situación se desborda, descubren que las autoridades han puesto el piso en cuarentena y no pueden salir.



A partir de una premisa simple, vamos descubriendo cómo son los vecinos y las relaciones que hay entre ellos. Y zombies, muchos zombies. Aunque habría que hablar de infectados, que estos corren y bastante. No, espera, habría que hablar de... spoiler. (Actualmente tiene una segunda parte: un grupo de policías entra junto con un médico al edificio a los 15 minutos de acabar la primera parte, para controlar que todo esté bien, aunque paralelamente se cuelan en el edificio un par de personas que no deberían estar allí).



Está rodada como un falso documental, aunque desde el principio sepamos como espectador que estamos viendo una obra de ficción. Avanzamos por la película desde el punto de vista del cámara que acompaña a la periodista, a través del objetivo del aparato. Y eso permite varios juegos: los inflarrojos, el juego de cams de Rec2... Un ejercicio de metacine. Lenguaje de cámaras dentro de una obra grabada con una cámara. De hecho, esa forma de lenguaje hizo que se barajaran diferentes opciones para el título (“Bombers”, Bomberos en catalán; “Duración: 70 minutos”, con una cuenta atrás que al acabarse finalizaría la película; “Origen”, lo que hubiera sido cómico porque hace no demasiado se rodó una película americana con el mismo nombre…)

La película se rodó tan en secreto, con cámaras digitales de alta definición y móviles de última generación (que no suelen ser el material normal en un rodaje), que ni siquiera los actores sabían lo que iba a pasar en la gran mayoría de as escenas. Los sustos y las sorpresas también lo eran para ellos, asegurando así que sus reacciones son reales y realistas. Lo que supone un esfuerzo extra a la hora de grabar, porque esas escenas tenían que salir bien en la primera toma. Por otra parte, eso dejaba algo más de libertad en el guión, y cambiaron alguna cosilla en el rodaje mismo (cosa que en la mayoría de producciones suele acabar en desastre). Quizá un poco caótico sí que fue. Cuando a los vecinos se les pregunta donde vive una familia y responde cada uno una cosa diferente fue improvisado. O cuando el montador de sonido se deja un pequeño archivo de sonido olvidado en la pista (en un momento dado se oye una cabra).

En la película hay un monstruo final, siempre lo hay. En ésta se trata de la niña Medeiros, en homenaje al cantante Glenn Medeiros. Es bastante curioso, como la primera vez que vemos a la niña es a través de una fotografía de comunión, y casualmente era la de la sobrina del señor Balagueró. Después, cuando volvemos a verla, la niña es interpretada por un señor después de pasar 8 o 9 horas en maquillaje. (Mención especial para el maquillaje, que merece especialmente la pena, a pesar de que no se puede apreciar del todo debido a las cámaras). Javier Botet padece síndrome de Marfan. Es una enfermedad hereditaria que no afecta negativamente a la inteligencia, pero le hace presentar unas extremidades más largas de lo normal.

Respecto al rol en vivo, es curioso como esta película tiene tanta relación con un vivo, en el que los personajes están puestos en un espacio del que no pueden salir, cada uno con sus conflictos, sus malos rollos y simpatías con los vecinos. Que eso tiene tanto peso en la trama como lo puedan tener los zombies en sí.

Tengo que reconocer que la segunda parte no me gustó tanto, porque en los primeros 15 minutos dan la explicación de lo que ocurre. Y yo soy partidaria de sugerir, no de mostrar.



También es comentable como Manuela (la actriz que da vida a la periodista) nunca supo cómo acababa la película. Existen al menos, 3 finales alternativos. Por no hacer un spoiler, solo hablaré del último, en el que la película se acaba porque se acaba la batería.

Por como acaba la segunda película, a mi me sobra la tercera parte, a punto de estrenar. Ya no es posible mantener el lenguaje que llevaban las dos primeras, el horror sale a la calle y no creo que sea posible mantener esa sensación de claustrofobia que crean las dos primeras partes, de hecho REC fur rodado entero en el 34 de la Rambla de Catalunya (Barcelona), nada de decorados. Pero ya se sabe, el humor es repetir lo mismo hasta que deje de tener gracia. Ah, no, espera, el éxito es repetir lo mismo hasta que deja de tenerlo. A mi me sobra.