viernes, 9 de marzo de 2012

Bizcochos Jaspeados de Chocolate y Fresas

Bueno, lo primero de todo: Buenos días!


Sí, sigo viva y no me han amputado las manos tampoco, pero entre que soy tirando a vaga y que tengo poco tiempo libre... Pues eso, que aquí estoy, desde aquel primer y lejano post de bienvenida para traer uno de los pocos experimentos que he ido recopilando.

La receta que traigo a continuación fue utilizada como postre para niñas, así que me empeñé en que fuese blanco, con chocolate y fresas y muuuy esponjoso. Y dulce, claro. Ante todo tendréis que disculpar la falta de fotos, en este y en mis siguientes post vamos a andar un poco escasos de ellas.


Perdón por a calidad de la foto... Aquí la buttercream se estaba derritiendo
y el fondant quedó ajado por el calor, pero sólo eran para comer, no para enseñar XD


INGREDIENTES Y ÚTILES

Útiles
· Moldes. Sí, lo sé. Suena a perogrullo, pero tenemos que tener en cuenta cuántos vamos a hacer y de qué tamaño. Yo utilicé tres medianos, con forma semioval y no sobró apenas nada de masa.
· Palillos. Palillos everywhere. ¿Por qué? Para medir si están hechos o no, para mezclar el chocolate con el resto del bizcocho, para sujetar la fruta al postre...
· Lengua. No la nuestra. Bueno, no para cocinar al menos. Pero este utensilio es mágico y especial para mí y lo uso muchísimo.
· 5 boles. Uno grande para la masa, dos medianos para el chocolate y la buttercream y dos pequeños para la pasta de chocolate que mezclaremos con el bizcocho y las fresas troceadas.
· Tenedor y batidora. Los englobo en lo mismo, porque los uso para lo mismo.
· Rodillo. Para alisar la fondant es indispensable.
· Alisador. En principio para que nuestro fondant quede perfecto, pero se puede utilizar para el chocolate de coberturas también.
· Manga pastelera. Tenemos que hacer virguerías con nuestra buttercream!

Para la masa
· Un yogurth griego. El propio envase del yogurth será la medida, suelen ser 125gr, pero depende de la marca que cojamos aumentará el tamaño.
· 3/4 partes de la medida de un yogurth de nata líquida. Personalmente suelo utilizar la que viene preparada para montar.
· Dos medidas y media de harina. Manías personales, suelo usar la de repostería.
· Dos medidas de azúcar.
· 3 huevos.
· Una medida de Cacao en polvo. Yo prefiero Neskuik, porque se mezcla mejor.
· Mermelada de fresa.
· Un sobre de levadura. Siguiendo con las manías, prefiero la de Vahiné.

Para la cobertura
· Fondant blanco.
· Chocolate con leche para postres. Una tableta por pastelillo que queramos hacer si el molde es grande.
· Media medida de nata líquida.
· Una nuez de mantequilla.

Para la buttercream.
· 200gr de mantequilla.
· 300gr de azúcar glass. Porque con azúcar normal queda muy rico, pero crujiente.
· Un par de fresas naturales.


RECETA

· La masa
Ante todo, precalentamos el horno a 200º. Yo suelo poner una alarma de diez minutos, y pasado ese tiempo, lo bajo a 180º.
Cuando escojamos los moldes, hay que tener en cuenta que se deben enmantequillar y enharinar bien, porque a la hora de sacar nuestro postre va a ser un cristo si no.
En un bol, ponemos el yogurth, la nata y el azúcar y batimos de forma suave hasta que esté ligado perfectamente y nos quede una pasta cremosa. A continuación incluimos la harina y batimos de nuevo. Yo suelo utilizar primero un tenedor y después la batidora, para que la harina no nos salte por toda la cocina. (Que sí, me ha ocurrido)
Cuando tengamos una pasta decente, echamos dos de los huevos y la levadura y volvemos a batir.
En un cuenco aparte, mezclamos el huevo que hemos reservado y el chocolate en polvo, hasta que tengamos una pasta y no quede polvo de chocolate por ningún lado.
Cuando tengamos todo a punto, echamos en los moldes la masa de yogurth, nata y demás. Después, con cuidado y un palillo, vertemos la pasta de chocolate y removemos: Cuando el bizcocho esté listo y lo cortemos, saldrán unos dibujos jaspeados de color chocolate.
Esperamos unos 15-20 minutos a que queden cuajaditos y el palillo salga limpio.
Una vez sacados del horno, y después de esperar unos minutos a que se enfríen, desmoldamos y les vaciamos la mitad superior: Ahí metermos la mermelada de fresa. Tapamos de nuevo y los dejamos traquilos a que se enfríen del todo.

· La cobertura
En una olla pequeña, echamos las tabletas de chocolate, la mantequilla y la nata y a fuego lento, vamos removiendo hasta que los ingredientes se mezclen totalmente y nos quede una masa ligera pero consistente.
Con los bizcochos ya preparados, vertemos la pasta por encima con ayuda de la lengua y hacemos que se cubran enteros. Una vez cubiertos, los metemos a la nevera para que el chocolate se enfríe del todo.
En una superficie plana cortamos la parte del fondant que vayamos a utilizar y la aplanamos con el rodillo. Personalmente no me gusta que sea muy gordo, pero como eso va según manías personales, os invito a probar grosores hasta dar con el que os guste.
Como era la primera vez que utilizaba fondant y no sabía muy bien cómo trasladarlo, puse un film transparente entre la mesa y él para colocarlo encima de los bizcochos con mayor comodidad.
Quedó bastante plano y no hizo falta adaptarlo mucho, pero sí que os recomiendo que tengáis a mano un alisador por si acaso.

· La buttercream
Es importante que tengamos la mantequilla a temperatura ambiente durante todo el proceso de cocina, porque va a ser mucho más fácil de utilizar y mezclar.
Personalmente me encanta mezclar con fruta natural la buttercream: Le da un sabor diferente y si no tienes colorantes (como era mi caso en ese momento) le da unos tonos pastel muy bonitos. Pero vamos a ello, que comienzo a desvariar y no termino.
Como recomendación, yo parto la mantequilla en láminas finas, porque así será más fácil mezclar. Cuando la tengamos ya en un bol, echamos el azúcar glas (poco a poco, porque al ser más polvo que azúcar, así evitaremos que salte por los aires) y batimos a una velocidad moderada. Lo ideal para la buttercream es que tenga consistencia de pasta de dientes.
En otro bol diferente, troceamos las fresas y hacemos pulpa con ellas; una vez conseguido vertemos en el bol de la buttercream y volvemos a batir.
El resultado será una buttercream rosada con trocitos de fresa (lo suficientemente pequeños como para pasar por la boquilla de la manga pastelera pero con el color rojo de la fresa y su textura).

· La decoración
Cuando ya tengamos la buttercream lista y los bizcochos cubiertos por el fondant y fríos, llega lo divertido: Ponemos la crema mantequillosa en nuestra manga pastelera y decoramos como nos de la gana.
Personalmente puse en la parte superior un pequeño nido de buttercream y sobre ésta, una fresa natural entera.


PELÍCULA

Esto era para tres niñas adorables, y hay una película que me marcó cuando yo era una niña adorable (porque por íncreible que parezca también lo fui). Es la primera que me vino a la cabeza cuando pensé en películas infantiles, porque aunque no hubiese muchos pasteles en esa época, aún hoy me parece muy dulce.

En busca del Valle Encantado - 1988



Dirigida por Don Bluth, con guión de Stu Krieger (Historia: Tony Geiss, Judy Freudberg), esta película era una de mis favoritas de niña: Tenía dinosaurios (obsesión infantil no del todo olvidada), era de dibujos y los protagonistas eran los dinosaurios chiquititos! Eso me encantaba, porque eran los niños los que hacían las cosas, los que tenían que luchar por conseguir lo que querían.

Lo que nos cuenta la historia es el final de los dinosaurios y cómo éstos buscan una tierra nueva que se rumorea que está a salvo de las desdichas que asolan sus territorios. Después del nacimiento de un pequeño brachiosaurus (Piecito) o "cuellilargo", la manada entera se pone en marcha para llegar a esa tierra prometida. Pero, pasan cosas que hacen que Piecito se separe de su manada y se encuentre solo y perdido. El caso es que poco a poco, va encontrando nuevos amigos que como él, están solos o han sido abandonados y juntos deciden ir en busca del Valle Encantado por su cuenta propia.

Es una película para niños y como tal, para los sobrinos, las hijas, los nietos y las primas pequeñas la recomiendo. Porque a mí me hizo soñar, me hizo dibujar dinosaurios por todos lados y la historia, aunque simple, me hizo creer que los niños también tienen su valor y su fuerza.
Sé que puede parecer una tontería, pero pienso que para los críos es muy importante saber que aunque no sean "grandes" de ellos dependen cosas y por ende, también pueden hacer otras. Que la amistad es importante, porque lo que no logra un individuo, pueden lograrlo muchos y que hay que transigir con las cabezonerías de los demás, porque así los demás tragarán las nuestras.

1 comentario:

  1. Una pena no poder probar el postre. Yo le pondría nombre, concretamente, chuchuflu. Aunque chuchuflu se adapta a muchas cosas...

    La película la he visto una y mil veces, pero tengo sensaciones encontradas. Me gustaba y la aborrecía a la vez. Eso sí, siempre he sido fan de Piecito.

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