domingo, 24 de marzo de 2013

Mini mini mini cupcakes

Hice estos cupcakes porque vi una foto de unos cupcakes enanos por Internet y me entró envidia. Puede que el refrán "Cupcake veo, cupcake quiero" (derivado del mucho más conocido "culo veo, culo quiero") haya sido adoptado por mi. Lo importante no era el sabor o la presentación, ¡era el tamaño! Leo lo que he escrito y solo me sale sonreír y preguntar, ¿chicos, el tamaño importa?
Lo que he descubierto es que en cuanto a cupcakes, un poco sí. Más de una vez me he encontrado con quien cuidando su forma no quiera probar un cupcake. "Es que es demasiado grande". Y con la versión reducida de los cupcakes se haya atrevido.
Cuando la inspiración es una foto que encuentras a través de Internet, no quiere decir que tengas todos los ingredientes en casa, lo que en mi caso quiere decir es que no tenía mantequilla (nunca hay en mi casa si no es porque previamente he planeado reposterizar) y como siempre que me ocurren estas cosas, me doy a la repostería creativa, que por contra de lo que muchos piensan no es la repostería bonita, todas esas maravillosas fotos de dulces que son más de guardar y mirar que de comer. No, la repostería creativa quiere decir, "voy a encontrar una manera creativa de salir al paso a este obstáculo que me he encontrado". También aplicable a otras cosas, por ejemplo, exámenes creativos. O lo que se os ocurra. Lo que sí tenía eran unos moldecitos originalmente para bombones que en su momento me regaló mi AIG y que siempre los había mirado con ojitos cupcakeros.


INGREDIENTES

- 1 huevo
- 200 ml. de nata
- 150 de harina
- 150 de azúcar
- 1 cucharadita de levadura tipo Royal
- 100 ml. de leche semidesnatada
- 1 cucharada de pasta de Home Chef de leche merengada
- Fideos de colores


RECETA

Muy sencilla: Ponemos a precalentar el horno a 180ºC. 
Batimos el azúcar con la nata hasta que quede una crema pastosilla. Añadimos el huevo y batimos bien. Incorporamos la tercera parte de la harina junto con la levadura y batimos. Removemos la masa junto con un tercio de la leche. Repetimos el proceso dos veces con la harina y la leche alternativamente. Añadimos los fideos de colores (cuanto más tarde mejor, porque si no, van perdiendo color) y rellenamos los papelitos 2/3.
Estos cupcakes son mucho más pequeños y necesitan algo menos de tiempo de horneado, que es de aproximadamente 15 minutos. Eso sí, habrá que vigilarlo y hacer la prueba del palito. Cuando salga limpio de masa, sacamos del horno y dejamos enfriar.


RESULTADO


Ñe. O como ya he dicho antes, lo primordial aqui no era la decoración, ni siquiera les puse copete de buttercream o de cualquier otra cosa. Eso sí, me apetecía que fueran aunque sea un poco bonitos, por eso los fideos de colores.
También resultó que el sabor que tanto había idealizado de pequeña (y de no tan pequeña), la leche merengada resulta un poco empalagoso en formato cupcake (o por lo menos con la pasta de Home Chef). Por otra parte, creo que cambiar nata por mantequilla hizo que quedara esponjoso pero un poco denso y que se pegara al papel con todas sus ganas.
Ahora caigo en qué es lo que debería haber añadido a la receta. Tonta de mí, es que es inimaginable la leche merengada sin canela. Cabeza mala...





Aquí los susodichos, en comparación con otras cosas variadas para ver su tamaño real y sus coloritos de dentro:

Aunque ésta también sirve para ver que tengo unas manos muy pequeñas


Mi "Kit para emergencias" ya vacío de golosinas
3 cm de anchura, 1,5 cm de altura.





PELÍCULA



Para unos cupcakes nacidos sin una gran previsión; nada mejor que una película ligerita. Muchas veces ha sido catalogada como película para género femenino. Pero es lo que suele ocurrir con las comedias románticas (por cierto, existen hombres a los que les gustan las comedias románticas). Lo cierto es que es una película ligera, no muy de tener en cuenta. Pero la he visto un par de veces en una de esas noches con amigas y películas. Incluso yo hago de esas cosas.

Por eso y porque hace ya muchos años, leí el libro en el que está basada la película. No tengo la menor idea de cómo llegó a mis manos. Y si alguna vez he revisado la película es también por nostalgia. Por cierto, tengo que decir que prefiero el libro, aunque la película es bastante exacta a cómo la imaginaba.

Total, que la película es del año 2001. La actriz que la interpreta es Renée Zellweger y fue pasto de todos los comentarios posibles y por haber a raíz de esto:


Hay que decir que la imagen habitual de Renée es la segunda, casi escuálida, muchas veces rodeando la extrema delgadez (especial mención a la película "Chicago"que sus huesines me parecían un poco espeluznantes). Eso y que ella es norteamericana y el personaje es británico, lo que llevó al mismo estúpido debate de siempre sobre si un actor americano puede hacer de inglés. El resultado parece indicar que sí, ¿no?

Bridget Jones es una treinatañera londinense que lleva un diario. Se ve gordita y pasa las noches viendo la tele, bebiendo y fumando. Ella quiere ser periodista de verdad y una mujer moderna y sobre todo, conseguir una cita con un hombre de verdad. Y debido a tener una cita con su Darcy, su jefe Daniel va a tener un apasionado affair con ella.

Hugh Grant es el sinvergüenza jefe Daniel Cleaver y Colin Firth el galán Mark Darcy. Precisamente, éste último fue el encargado de dar vida al señor Darcy en la miniserie "Orgullo y Prejuicio" y nuestre Bridget tiene una obsesión con este actor por precisamente ese papel.

Hubo segunda parte, Bridget Jones: sobreviviré (Ojo a la actuación de Bridget cantando "like a virgin). Y dicen que se está escribiendo una tercera novela, con Bridget entrando en crisis porque quiere tener hijos a toda costa.

Se supone que Bridget es un ejemplo de mujer moderna. Y aunque es un pasarratos, mi pequeña feminazi interior le encuentra muchas pegas, pues al fina, el verdadero leit motiv de esta señorita es encontrar un hombre. Pero como este blog no va de eso, os dejo con una cita muy repostera de la película:

"Mantengo una relación muy intensa con dos hombres a la vez: Uno se llama chocolate, y el otro pistacho"





Y de regalo uno de los integrantes de la nueva obsesion paterna:


Se llama Calzonazos. ¿Por qué? Por una larga historia. Bueno, vale. Porque cuando lo compró mi padre, lo trajo en una bolsa junto a 4 hembras. Antes tenía una preciosa cola larga. Pero las hembras se la comieron. Y pensamos que era el mejor nombre para él.

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