martes, 23 de abril de 2013

Cookies de M&Ms de importación o cómo la obsesión ha vuelto en mayor número

Los anuncios que aparecen por ahí son malos. Se me ocurren muchas tramas (sí, he dicho tramas) distópicas. Mucho futuro oscuro y mucho 2084 (autospam, que es gratis). Pero el caso es que, como muchas otras veces, pierdo tardes enteras viendo cosas en Internet e intentando ser una persona cabal para no comprármelo todo. Tengo varios hobbies u obsesiones, pero desgraciadamente, la mayoría son caros (Disney, Steampunk, corsés...). Total, que navegando me encontré con algunas cosas que debían ser mías (del Stitch-Yoda no voy a hablar ahora :P). Pedidos desde la tienda donde los pillé (sí, la de Internet), tardaron poquitos días en llegar. Os enseño:


Ya os había hablado de mi obsesión por los M&M previamente y encontrar M&M diferentes... buuuuuuuuuf. No vamos a hablar de orgasmos por aquí, pero oye, se le parece. Os presento a mis nuevos amigos (que actualmente sean inexistentes no cuenta):

M&M de coco, además de la presentación del M&M verde, mi preferida

M&M de pretzel, la galletita salada alemana, tienen un toque salado que me gustó mucho

M&M de mantequilla de cacahuete, esa "guarrindongada" tan típica americana. Mis preferidos,de lejos.
Y bueno, los protagonistas de esta receta. Son M&M de chocolate negro y frambuesa. El chocolate negro es el que más me gusta, especialmente si van acompañados de fruta. Debo admitir que la razón para que fueran estos y no otros el ingrediente precioso de mi próxima receta, es que son los únicos de bolsa grande. Tienen, además, un plus; que son de colores que no vienen en los paquetes que conocemos aquí. Estos son rosas (de repente, fui un poco más feliz), rojos y granates.


Ya hice cupcakes de M&M, por eso, para esta receta quería otra cosa diferente.Tuve muy claro qué quería hacer: cookies. Tuve que posponer un par de veces lo de encender el horno, pero finalmente, aquí están.


INGREDIENTES

-80 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
-1 huevo
-120 gr de harina
-300 gr de azúcar blanco
-Extracto de vainilla
-1/2 sobre de levadura (yo añadí más, pero os lo explico en los resultados)
-1 pellizco de sal
-2 cucharadas de mantequilla de cacahuete
-M&M (la cantidad exacta es más bien al gusto, y yo he usado estos, pero vamos, que se pueden usar los normales, lacasitos o cualquier cosa...)




RECETA

Precalentamos el horno a 180ªC. Ponemos en un bol la mantequilla junto con el azúcar y batimos para que se forme una pomada. Añadimos el huevo y batimos bien.

Juntaremos la harina, la levadura y la pizca de sal. Lo añadiremos a la pasta de mantequilla y batiremos hasta que se forme una masa. Aviso a navegantes, no es una masa típica de galletas, es más grumosa. Le echaremos el extracto de vainilla y las dos cucharadas de mantequilla de cacahuete y mezclaremos hasta que todo sea homogéneo.

Le añadiremos los M&M y revolveremos, sin batir, no se vayan a romper.

Sobre papel vegetal (yo usé papel albal, pero sospecho que tiene cierta relevancia en que el centro se despegue un poco del resto de la cookie) haremos circulitos de masa con M&M, y si queda escaso de M&M se los incrustamos manualmente. Hay que dejar bastante distancia entre un circulito y otro, que con la levadura crecerán.


Las meteremos en el horno y las dejaremos sobre 20 minutos o hasta que estén doraditas. Al sacarlas, las despegaremos con una espátula y las dejaremos a enfriar en un plato.


RESULTADO



Vamos a ver. Las quería con toda mi alma. Quería mis cookies. Y al meterlas en el horno vi cómo empezaron a crecer desmesuradamente y adquirían una consistencia bizcochosa. De las que son esponjosas. No soy amiga de las cursiladas, pero se abrió el infierno repostero. Coño. Que yo quería cookies, no bizcochos. Y es que ya había hecho un intento de cookies antes y habían salido unos bizcochos ricos, pero es que eran bizcochos (razón por lo que amablemente fueron consideradas un fracaso y no han sido presentadas en el blog). Haciendo el recuento de todo lo que había hecho tanto esta vez como aquella anterior, era bastante claro que la culpa la tenía el exceso de levadura. Porque el horno era diferente y la receta también. Vaya mosqueo... Total, que al final, las cookies decidieron convertirse en cookies, de las de verdad y dejarse de tonterías bizcochadas. Aunque eso sí, eran enormes. Las siguientes hornadas las hice con círculos más pequeños, para no tener galletas con las que poder arrearle a alguien en la cabeza.

Respecto al resultado, creo que es la masa más rica. La masa, tal cual, cruda. Creo que es la única vez que me he permitido despachar pequeños trozos de masa, con ese toquecillo salado. ¡Quiero más! 

Los M&M se destiñeron un poco con el calor, cosa que ya había leído que podía pasar. Y al menos, el color no desapareció por completo. Rosa re rosa rimane


Me van a perdonar, pero estaban cojonudas. Mi betatester favorita opina que es de lo mejor que me ha salido y se zampó unas cuantas. Personalmente, son de esas galletas de engordar que se comen como churros. Creo que me voy a servir otra de las que quedan. ¿Alguien quiere?





PELÍCULA

Releyendo la introducción a esta receta, casi me parece necesario seguir por el mismo camino y la recomendación de hoy viene de la mano de las distopías. Hay muchas, y de ellas unas cuantas se han ganado mi humilde aprobación. Pero probablemente la de hoy tenga un lugarcillo especial. Comparándola con otras que son traducciones de libros a la gran pantalla (porque señores, eso es una adaptación cinematográfica, un proceso de traducción) donde representan las escenas justo como las había imaginado pero matando la coherencia entre escena y escena (y por lo tanto la historia, la trama, la esencia del libro); esta película me pareció surrealista pero completa en su concepto. Parece difícil de entender, pero el ejemplo de la primera puede ser "1984" en la versión de 1984.

Os voy a dar una pista de la que traigo hoy:


¿Adivinan? Efectivamente, no es una pista muy sutil. Brazil.




Lo primero de todo. Es una película de Terry Gilliam (ex-MonthyPhyton. Y eso supone que es una película rara, surrealista.:

Sam Lowry es un tecnócrata eficiente pero soñador con un puesto de tercera categoría dentro de la gigantesca máquina burocrática que mueve (o paraliza) a una distopía opresiva, inhumana, hundida por la ineficiencia y amenazada por el terrorismo.
Un error en un apellido debido a una mosca caída en la cabeza de un teletipo provoca la detención errónea de un inocente, con consecuencias fatales para éste. Como oficialmente no existen errores en el sistema burocrático, nadie quiere hacerse cargo del papeleo excepto el bienintencionado Lowry. Durante su visita a la familia del fallecido tiene un encuentro casual con su vecina, a la que reconoce como la mujer de sus sueños. Sin embargo ésta huye.
Este descubrimiento hace que, para poder obtener información sobre ella, Sam se someta a los deseos de su madre, una narcisista recalcitrante y muy bien relacionada, obsesionada con darle una carrera a su hijo. Así, Lowry comienza su escalada a las altas esferas a pesar de su naturaleza escrupulosa y poco ambiciosa.
Sin embargo, tanto su implicación en el error burocrático del principio, como su obsesión por la mujer así como sus contactos con un fontanero clandestino, complican la vida a Lowry hasta el punto de que pasa a ser considerado una amenaza para el sistema.

Últimamente estoy un poco ocupada (exámenes), así que os voy a poner un enlace a una crítica de la película que me ha gustado. ¿Para qué voy a escribir una crítica nueva si ésta dice todo lo que yo quiero decir?
Lo que sí me gustaría comentar es que para esta película se estuvo pensando en llamarla !1984 1/2" en referencia a dos obras maestras: el ocho y medio de Federico Fellini y la gran 1984 de Orwell. Hubiera sintetizado bien lo que esta película significa (y aún más mi razón para escogerla para esta receta). Pero el señor Terry tuvo que desestimarla porque ese mismo año se estrenaba una versión de 1984 (ya he hablado de lo que pienso de esa esto... adaptación). 

Recomiendo seriamente la película, y disfrutad de las cookies.



domingo, 7 de abril de 2013

Torrijas fuera de temporada

Siento la no-calidad de la foto, pero cuando todas las máquinas de fotos de casa se confabulan para acabar sin batería, el móvil es el único aliado. Con mi móvil mondonguillo he sacado esta uni´-foto. La taza, por cierto, es un regalo. ¿A que mola?

Me encanta que lleguen los Carnavales. Aproximadamente un par de semanas antes, mi abuela empieza a hacer torrijas. Ella las llama tostadas. Luego, siempre refunfuña de que no va a volver a hacerlas, pero la semana siguiente nos encontramos con una bandeja llena de torrijas. A veces también las hace cuando acaba la Cuaresma. Y en algunos blogs he visto publicar recetas de torrijas y me ha entrado envidia. Aunque ya no es ni Carnavales ni fin de Cuaresma. Tanto, que incluso se han acabado las fiestas de Semana Santa, y mañana vuelta a la rutina.

La receta está sacada del blog La Tanana, ligeramente adaptada, son torrijas de leche condensada y miel:

INGREDIENTES
10 rebanadas de pan para torrijas1/4 l. de leche templada180gr de leche condensadaRalladura de un limón1 huevo3 cucharadas de canela + 1 cucharada de canelaAceite, que cubra dedo y medio de la sartén5 cucharadas de miel

RECETA


"En un cazo, poner la leche, la leche condensada, la ralladura de limón y 3 cucharadas de canela a calentar a fuego medio.Cuando esté integrado, quitar del fuego. Ir vertiendo poco a poco la mezcla en un plato hondo y esperar a que se enfríe una gotita.
Mientras tanto, cortar el pan para torrijas en rebanadas de aproximadamente un dedo de grosor, pero si os gustan más gorditas, podéis hacerlas más gruesas.

Iremos dejando las rebanadas cortadas en la leche para tostadas del plato hondo. La Tanana recomienda dejarlas 3 minutos por cada lado, pero a mi me gustan más empapadas y las he dejado algo más de tiempo, un total de 10 minutos, aunque me he planteado dejarlas algo más, pero por una cuestión de tiempo no lo he hecho. Chupan un montón, así que aunque creamos que hemos hecho mucha leche, puede que no sobre. Podemos ir calentando el aceite de la sartén. 
Batiremos el huevo y huntaremos las torrijas en él. Hay que tener cuidado para que el pan no se rompa por todos los lados, que debería estar mojado. Las iremos friendo de dos en dos en la sartén. Digo de dos en dos, pero puede ser alguna más, la cosa está en que hay que ir controlándolas, que no se quemen y que no queden muy negras.
Cuando estén las dejaremos sobre papel absorbente, para quitarles algo de aceite, porque también chupan mucho aceite.

En un cazo, pondremos la miel y la otra cucharada de canela, junto con una cucharada de agua. A fuego lento lo iremos calentando, para que se integre y se licue un poco. Después, bañaremos las torrjas con la miel."

RESULTADO

No son el postre más bonito. De hecho, desde pequeña he aprendido una cosa. Cuanto más fea es la tostada, mejor sabrá. Está bien variar un poco de vez en cuando. Son sencillas de hacer y a mis golosones preferidos les ha gustado. A mi me encantan. ¿Más que las de mi abuela? Pues no lo sé. Eso sí, un secreto, a mi me vuelven loca frías. Solo puedo añadir una cosa:
Mereció la pena.

Edito. Me acaban de informar que se va opinando por ahí que les falta leche y remojamiento.


PELÍCULA

¿Y qué película pongo yo ahora? Porque le paga Ben Hur, o Espartaco, o alguna de ésas que le encantan a mi abuela y que sean como de época. Pero mis torrijas son de fuera de temporada, así que no me valen. Así que voy a hacer una cosa. Tengo que revisionar una película de los 80. Sí, de los 80. "Dentro del laberinto". Así que mi propuesta es ésta: Cuando la re-vea, edito este post. Si me acuerdo... Y sobre todo, si alguien me lo pide...