jueves, 24 de marzo de 2016

Red Velvet Cupcakes, solo para dar envidia, sin receta

En la "vuelta a poner en marcha" de este blog, me encuentro con que tenía varias entradas pendientes, como ésta de los archiconocidos red velvet. Me encantan, y siempre que voy a una cupcakeria o bakery o como leches haya que llamarlas, suelo pedir de estos, si tienen. También tengo que decir que son unos de los preferidos de mi hermana, porque no le gusta la buttercream y como estos suelen tener crema de queso... pues rojo y en papel... ¡red velvet!

El problema está en que es un post antiguo, pero me encantan las fotos y quería enseñar el resultado. Por eso, no guardo la receta, pero es la típica de los Red Velvet, aunque sin bicarbonato (sí, se que llevan, pero no encontré). Quedaron con un color rojo aceptable (vamos, que me gustan).

También mencionar a mi coautora en las sombras, que las hicimos juntas (y de hecho, creo que no hemos vuelto a hacer nada desde entonces, lo que tiene la vida, que avanza y se te olvidan proyectos que antes te entusiasmaban).







Os dejo fotos de diferentes momentos del proceso.


Recién saliditos del horno




¡saludar a la coautora de los red velvet!





En la otra modalidad de decoración







Espero que os gusten sus pintas, porque al ser una receta tan vieja, no puedo decir mucho más, ya lo siento.

martes, 22 de marzo de 2016

Reseña Lula's bakery: Good food is Good mood

Seguimos reviviendo antiguos apartados del blog, ésta vez las "críticas" de pequeñas bakerys. Hoy os traigo una que acabao de descubrir. Se llama Lula's Bakery, que está en Barakaldo (Bizkaia). La conocí por Facebook, así que no tenía muy claro qué me iba a encontrar.

Total, que nos plantamos allí y la verdad, es un sitio muy cuko. Pintado en rosa (cómo no...), con unas 3 o 4 mesitas para poder tomar algo allí.




Lo que me gustó de este sitio es que no solo tiene cupcakes. Que si quieres, puedes coger algo salado; las pizzas o los bagels tenían muy buena pinta, la verdad. Aunque últimamente (y por razones ajenas a mi voluntad) suelo mirar si es un sitio de "veggie approval" o no, y no podría decirlo.

El sitio tiene pinta de ser una panadería tradicional reconvertida. Para mi eso tiene su lado bueno y su lado malo. Me explico: por una parte, parece que si te dedicas a muchas cosas, las haces menos bien. Es decir, le falta especialización. Pero en la parte buena, solo voy a decir que según estábamos allí empezó a oler a croissant recién hecho (que tenían una pinta mmmmmmm....). EDITADO: Me comentan desde Lula's Bakery que no era un obrador, que antes era una tienda de telas. (Espero que les gustara la crítica)

Parte de la carta la tenéis en la foto de la pizarra. No sale precisamente lo que nosotros pedimos: un batido de galleta y una infusión helada. Ambos un acieto, la verdad. La infusión, de frutos del bosque, sabía ¡a flash! Recuerdos de la niñez y todas esas maravillas. El batido, por su parte, llevaba nata y una galleta María en la punta. Todo en una jarrita. Que por cierto, poner las cosas en recipientes así siempre, sí o sí, es un acierto. Porque el lado visual también hay que cuidarlo.

Y en lo que se refiere ya a la parte de comer, mi acompañante pidió un Donut de Kinder (a pesar de que yo opinaba que el de choco blanco con Oreos ponía ojitos...). Relleno de crema, estaba bueno.

Y vamos con los cupcakes. Cuando llegamos (un sábado a la tarde) tenían 3 variedades: Oreo, Petit Suise y Cheesecake de limón. Pedí uno de los últimos. Y mi opinión sobre él:
La presentación aceptable, era bonito. El bizcocho, que era de chocolate (mi hermana diría que sabía excesivamente chocolatoso) no estaba mal, aunque tengo que admitir que no es el más esponjoso que he probado. Pero para mi, la estrella, sin duda, era el sombrero. La crema mantenía su forma (pocas veces se ve eso). De verdad, estaba de rechupetearse los dedos. Cremosa, nada empalagosa, con su saborcillo cítrico. No empalagosa... Vamos, lo que yo le pido a un cupcake.

Así que, sí. Tiene mi sello de calidad (si eso significa algo)






Aquí, el duo cupcake-batido (reconozco que igual es un poco too much ambos juntos, pero una vez al año ¡no hace daño!). De verdad, que me pareció muy recomendable.



Y como siempre, el último tip es para el servicio. Nos atendió un hombre tatuado (francamente, me estoy pensando en meter al blog algo sobre tattoos...) con pinta de panadero. Y digo, me pareció muy agradable. Sonriente, con ganas de explicarnos qué era cada cosa...

Total, que en resumen, aprueba con nota. Os dejo una foto de la pared con un buen mensaje:



jueves, 17 de marzo de 2016

Mini muffins de plátano con aroma de ron

Estos muffins tienen una pequeña historia detrás, como siempre. Por una parte, iban a ser mi sacrificio a mi primer Club del Libro (es un selecto y secreto club, que de secreto y selecto no tiene nada, a donde no se va a leer ni a hablar de libros, si no a ponerse cigalupos y merendar). 

Si alguien se pregunta qué quiere decir cigalupo, pues probablemente sea una de esas palabras de herencia familiar que la RAE desconoce y que quiere decir "ponerse como Pepe el Hijoputa". Es decir, morado a comer. Y sobre el Club... pues la teoría dice que llevamos libros, se presentan, te pegas por ellos y te llevas alguno a casa para leerlo. Pero al último Club del Libro fuimos a comer helado de Oreo y de Kinder Bueno (que hizo y sacrifició un representante del club) y a comer otras cosas.



Total, que el club era el domingo y me encontraba el viernes con ganas de reposterizar y ya convencida de ello. Pero cuando reuní los ingredientes... pues... esto... no tenía ni suficientes huevos ni suficiente harina. (Es que también me puse a hacer otras galletas que se llevaron toda la harina y eran para otra persona). Y mirando alrededor descubrí que teníamos en casa 2 plátanos que ya estaban un poco pochitos incluso para mi (que me gustan maduritos). ¿Por qué no? Lo que me recuerda que tengo que convencer a mi compi colombiana de una (otra) clase exprés sobre plátanos, bananas y esas cosas que por lo visto no llamamos correctamente aquí.

Y sobre todo... quería probar otro regalo que me hicieron en Navidad y que desde luego no me esperaba para nada. Mi querido padre (a.k.a. el Sargento) siempre refunfuña (si sólo fuera eso...) cada vez que hago repostería (tiene además, otra habilidad: solo prueba lo que hago cuando hago cosas contadas que quiero regalar y necesito que nadie se coma una a traición). Pero luego, en Navidades, después de haberse dedicado a echarme la bronca para que deje de hacer repostería todo el año, decide regalarme cosas como ésta:



Es una especie de hornito portátil con huequitos para 4 cupcakes. O muffins. O lo que sea. Bueno, muffins en realidad, porque el aparatillo viene con una receta donde indica claramente que solo es para 4, que no se doblen los ingredientes... Y bueno, como siempre, me lo pasé por esto... ¿se puede decir aquí el forro de mis...? Vamos, que yo me guiso mis recetas y yo me las como. Pero sin comérmelas.

Pero lo mejor de este aparatito es que es supersimpático. Se le encienden los ojos cuando está caliente y demás:


Tengo que decir, que para mi propósito (el de llevar un buen número de muffins a un evento) no es del todo práctico, porque tardas un poco más al solo poder hacerlos de 4 en 4. Aunque cada tanda tarda menos que en el horno. Y sobre todo, no pongo el horno pringado.


Las primeras ¿hornadas? fueron sobre todo de prueba. Que no quedaran demasiado poco hechos, o demasiado hecho. Al final, descubrí que para estos muffins en concreto, necesitaba 8 minutos por viaje. Supongo que variará mucho si hago otras cosas (porque lo dicho, tiene menos harina y menos huevo del que usaría para una receta normal).












Nuevamente, la receta es vieja Y el post, tres cuartas partes de lo mismo... así que ni me acuerdo qué leches llevaban. ¿El resultado? Ni los mejores que he probado, ni los peores. Un poco en tierra de nadie. Lo tenían muy difícil para competir con las gigantescas galletas de otro de los componentes del club del libro. Y es gracioso, porque no he vuelto a llevar nada horneado por  mi a un Club.

Supongo que tendré que volver a habituarme a colgar las recetas completas, pero ya que tenía este post a medio escribir dese hace dos años... pues oye, lo rescato. Y os cuento que a falta de cosas, buenos son los plátanos.


PELÍCULA

Y hoy he decidido hacer una mención a la última peli que he visto en el cine, "Cien años de perdón", pero os voy a enlazar a la opinión del amigo con el que la vi. No tiene nada que ver con el club del libro, ni probablemente con el propósito de este blog, pero hay que recuperar viejas tradiciones. Que originalmente en este blog se hablaba de comida y de cine.

Por mi parte, tengo que decir que estoy bastante de acuerdo con mi amigo Jokin. Que la peli es como un polvo mal echado. Y eso que tenía dos cosas por las que la hubiera comprado casi en cualquier circunstancia (digo casi, porque no sé qué hubiera hecho de ser dirigida por mi archienemigo de celulosa. Confesaré quién es y le dedicaré una entrada si alguien lo pide en algún comentario): Luis Tosar y Raúl Arévalo. Probablemente, y sin probablemente, mis dos actores españoles favoritos.



jueves, 10 de marzo de 2016

Retorno con novedades y mini-receta de Torrijas con Baileys

Muchas cosas han cambiado desde la última vez que escribí en el blog. Algunas para bien, otras para mal. El caso es que mi vida es muy diferente desde la última vez que escribí en este blog. Siendo esto una plataforma pública (lo público que puede ser un blog que nadie lee...) me limitaré a contar 3 de algunos de los eventos decisivos de este tiempo:


LA LLEGADA DE ALGUIEN A LA FAMILIA




Se llama Nuke. Va a hacer 1 año el 1 de abril. Como podéis ver en la primera foto, llegó malito (porque no le cuidaron muy bien). Después se ha puesto muy guapetón. (En la última foto pone "Kiss me", y es lo que ocurre cuando me aburro). Aunque tenemos que batallar mucho, porque llegó con algunos problemas que no se han solucionado.


Eso sí. Me ayuda en la cocina... XD. Yo horneo y él se lo come todo. XDDDDD


¡¡¡¡¡¡¡¡SOY ENFERMERAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Es otra de las cosas que han cambiado en este tiempo. Una novedad, ahora mismo. Creo que ya dejé pistas de que estaba en ello por este blog. Y sangre, sudor y lágrimas me ha costado. Ahora estamos en la dura tarea de encontrar curro. A ver si se da. (De todo esto no hay foto)



HE PUBLICADO UN LIBRO

De esta tercera novedad en cambio, sí que hay fotos. Por hacerme publicidad bonita, que hace ilusión.


Es un cómic y se llama "Érase una vez un cuento". Yo he escrito el guión y Alfonso Berroya lo ha ilustrado, publicado por la editorial Saure. Es como un pequeño bebé y el parto ha sido largo XD
Pero hace mucha ilusión y yo casi no me lo creía hasta que lo tuve en las manos. Puedo decir que estoy muy orgullosa de ello. Por si acaso a alguien le interesa, también existe en euskera.
Os dejo un par de reseñas del libro: AEPAE y el blog La fábrica de los peques.





Hasta aquí las novedades que contaré. (Si alguien, amigo, conocido o loquesea tiene alguna duda, me podéis escribir y contestaré). El caso es que no tengo muy claro porqué he decidido retomar esto, pero de repente me encuentro tecleando aquí... Y es que incluso, en esta época en la que el blog ha permanecido inactivo, cuando he horneado algo pensaba "déjame las más bonitas, que les saco fotos"... 

Retomaré esto, pero por aquí van a cambiar cosas. Aún no sé ni cuáles, pero de momento he vuelto. Creo.


Para reafirmar mi vuelta, voy a publicar una pequeña receta de Torrijas con Baileys. Es una versión de las torrijas que ya hice. Solo que 2/3 de éstas tienen alcohol. La receta es la misma (cortar el pan, empaparlas en la leche preparada y freirlas), solo que una vez calentamos la leche con la leche condensada y la canela, la dividimos en 3 boles: en el primero solo habrá leche, en el segundo mitad leche y mitad Baileys bien mezclado, y en el tercero 1 parte de leche y 2 de Baileys. O lo que queráis si sois generosos y os apetecen más alcoholizadas.

Las opiniones sobre el resultado han sido dispares. A mi es que el Baileys me gusta mucho, pero es cierto que para desayunar no son. Mi hermana opina que bueno, que mejor sin el Baileys.

Y bueno, parece que la última receta que publiqué fue sanvalentinera. Y retomo esto las torrijas sanvalentineras (la receta no lo es mucho, pero debido a las fechas, decidí cortarlas con un cortador en forma de corazón para galletas una vez fritas, que para la presentación queda bastante chulo). Una especie de oca a oca y tiro porque me toca.

Fotos:








Espero que os gusten. Retomaré probablemente el estilo de post antiguos. Un placer volver a veros.