miércoles, 30 de noviembre de 2016

nº 1: Cheesecake de horno

Cuando de forma insistente tu subconsciente te exige que hagas una tarta de queso, no queda más remedio que obedecerle. Incluso aunque tu subconsciente se haya personificado en alguien. 
Personalmente no soy de las que siempre pide una tarta de queso en cualquier restaurante. Ésa es la betatester (que se ha ido a otra ciudad a estudiar... snif...; sí, ésa que dijo que a lo mejor llevaba una sección de tartas de queso en este blog). Pero sí que últimamente he pedido varias. Y resulta que la última era más bien flan de queso. Qué decepción...

Quería también algo que se hiciera rapidito y sin muchas florituras. Más bien una especie de prueba y error de poder encontrar la tarta de queso que más se aproxime a la perfección.






INGREDIENTES

-4 huevos
-200 gr. de azúcar blanca
-500 gr. de nata (35% de grasa)
-600 gr. de queso de untar
-60 gr. de mantequilla
-175 gr. de galletas (yo he usado Chips Ahoy)


-mermelada de cerezas



RECETA

Ponemos el horno a precalentar a 150º aproximadamente. 

Machacamos las galletas en un bol  (un mortero es una buena opción, si no... repostería creativa... pero en otreo sentido XD) y reservamos. Calentamos la mantequilla, puesto que la queremos líquida. La mezclamos con las migas de galleta. Éste paso es muy divertido, porque se puede hacer con las manos. Tiene que quedar una especie de masa con la que cubriremos un molde de los desmontables (como el de la imagen).
Deberíamos embadurnar bien el molde con mantequilla. Lo meteremos en el horno durante 10 minutos. Se trata de que se asiente la masa, por lo que a lo mejor es necesario dejarlo otro par de minutos. Reservamos.

En otro bol batiremos los huevos con el azúcar. Después, poco a poco añadiremos el queso y la nata. No hay que agregarle demasiado aire. Cubriremos con esta mezcla la base.

Cubriremos el molde con papel albal y lo pondremos en una fuente con un poco de agua. La idea es hacerlo en el horno al baño maría. Lo meteremos al horno en torno a las 2 horas (¡vigilar! la parte de arriba tiene que estar doradita y la de dentro cuajada. Y el agua evaporada).

Dejaremos enfriar un rato dentro del propio horno, hasta que se pueda meter en la nevera. Al menos tiene que estar un par de horas, aunque yo lo dejé 12. 

Una vez frío, cubriremos la parte de arriba con mermelada. La que nos guste o queramos vale. Yo usé una mermelada ecológica de cereza. Los frutos rojos son muy buena opción. O cualquiera que le aporte un poquito de acidez. Desmoldamos y servimos.


RESULTADO

Bueno... Mi tarta no estaba tan cuajada como debería. Aunque personalmente de sabor me gustase mucho. Mi betattester dijo que un poco empalagosilla, pero nunca nos ponemos de acuerdo en la cantidad de azúcar.

Aún así, es el intento nº1 de tarta de queso. Tengo otros proyectillos variados guardados en el cajón. A ver si saco tiempo para ellos.


jueves, 17 de noviembre de 2016

¡Llegó mi AIG!

Bueno, pues el contenido de esta entrada es precisamente ése, contaros que ya me ha llegado el AIG.
Pasó una cosa curiosa con el AIG, antes de ayer (creo) ví una foto en el grupo de Facebook del Amigo Invisible Gastronómico. Y pensé, ¡ala qué caja más guay, está preparada con mucho cariño!, le di a me gusta y mi sorpresa ha venido cuando al abrir el paquete que me llegó ayer... ¡descubro esto!:



 ¡Esa caja preciosa era para mi! Pero es que la sorpresa no queda ahí, porque cada uno de los paquetitos estaba envuelto con el mismo amor:






Mi maravillosa AIG es Isabel, de La cocina de Morenisa. Que por cierto, me pregunta en su carta si conozco su blog, ¡claro que sí!

Me daba incluso pena abrir los paquetitos...  
Os enseño todo lo que venía en la caja:


 La foto no es muy buena, pero espero que podáis ver un poco las cositas geniales. En esta foto falta una cosita, un regalo para la bestia peludita. Tengo que reconocer que tengo un perro hidrosolubre, porque cada vez que llega algo a casa piensa que es para él (esta vez el repartidor se ha librado de que le chupara la calva, que tenía pelo) y se dedica a chuparlo, para desgracia del pobre cartón. Destructor Nuke se dedicó a olisquarlo todo y a chupar lo que podía hasta que encontró algo que sí era para él. Era una pelota de cuerda que tengo que decir que le encantó, aquí podéis verle:




 Eso sí, luego en cuanto me descuidaba lo volvía a meter en la caja (creo que a veces piensa que de las cajas mágicas sale comida...) y a intentar que se lo tirara.

Las cositas para mi eran:
-una carta donde me presentaba un poquito todas las cositas
-un molde para hacer bizcochos de caras de conejo
-mermelada ecológica de la huerta de su padre, de Ciruela y Albaricoque (y que tengo muchas ganas de probar)

 -un cuadernito con dibujos de cupcakes y un boli rosa
-útiles de ensalada (dios, no recuerdo cómo se llama...)
-una cajita con aceites de su tierra, unas esencias y un tipo de vainilla que me va a venir genial para un proyectillo que tengo pendiente
-un dvd sobre su tierra y el aceite
-una taza vintage muy mona (aunque mi hermano me ha prohibido meterla al armario de las tazas, me acusa de tener demasaidas. ¡Nunca son demasiadas¡)
-unas etiquetas y pegatinas vintages muy bonitas
-un mantel de bambú
-las pincitas (aunque técnicamente eran más bien parte de los paquetitos) pero que voy a emplear en algo que espero enseñaros (no tiene nada que ver, pero últimamente ando enamorada de esto:
¡pincitas para las fotos de mi cámara!
-servilletas de papel vintage (muy navideñas, por cierto)
-unas telas para las fotos (que de verdad, es un pedazo de acierto, porque siempre me veo en falta de algo así y me van a venir mejor que bien)
 Y para el final he dejado lo que para mi, son las dos joyas de la corona:
-una cajita con suspiros (estaban enteros y... gloriosos, que ya han desaparecido)
-un broche hecho con cápsulas de café, en la carta Isabel me cuenta que hace en su voluntariado en "Aendepri" una asociación de esclerósis múltiple y enfermedades raras. Ahora mismo llevo puesto el lorito. Me pregunto si debería aprovechar que el Pisuerga pasa por... para contar un poco qué es la Esclerosis Múltiple. O quizás para meter algo de enfermería en el blog...



Así que... ¡Nuke y yo estamos más felices que perdices! Nos han encantado los regalos. Quiero agradecerle mucho-mucho a Isabel todo. Y por supuesto a Alicia, de Sabor a Fresa por organizarlo. 

El mío aún no está enviado (glups), porque quería prepararlo todo perfecto y me falta un pequeño detalle, pero querida AIG, no te preocupes, que en breves para allá que irá.

jueves, 10 de noviembre de 2016

¡Qué boba yo también! 
Tenía preparada de antes de Halloween una receta que se me ha olvidado publicar. Bueno, ni era para Halloween ni era exactamente una receta. En mi estilo...
Concretamente era una entrada para el Día de los Muertos. Se supone que es el día en el que la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se vuelve "menos intensa". Es el día en el que honramos a nuestros muertos y tratamos de evitar los espíritus menos amistosos.

Mientras escribo la entrada tengo de fondo esta canción, que creo que ilustra muy bien el tema.  



Para decirlo de forma simple es el día de las calaveras mexicanas. Y de eso va esta entrada hoy. 



 Decía que no es una receta, porque no es la primera vez que publico cómo hacer unos bombones, porque la verdad, es muy simple. Y estos, se hacen igual. 



1) Calentamos el chocolate (en este caso eran Candy Melts rojos) o bien al baño maría o bien en el micro. Recuerdo, de a poquitines, porque si se quema, el chocolate es insalvable.
2) Cubrimos la base del molde para bombones con el chocolate derretido (en este caso todos los agujeritos de las calaveras).
3) Enfriamos hasta que solidifique.
4) Echamos el relleno.
5) Derretimos más chocolate (en este caso una tableta de chocolate blanco).
6) Cubrimos los espacios de todas las chocolatinas.
7) Vuelta a enfria para que solidifique.






Estos bombones eran un regalo para una persona especial. Porque le encantan las calaveras (no me preguntéis porqué) y el color rojo. Aunque de verdad, casi parece rosa...
Pero tampoco era exactamente un regalo. Era más bien, un juego. Cada una de las calaveras estaba rellena de una cosa diferente. Un poco como una ruleta rusa, porque hay una que venía con sorpresa: ¡picante! Muy al estilo mexicano, por cierto.


Los rellenos eran:
-Nesquick de fresa (mi drogaínaaaa)
-Lemon Curd
-Nuez moscada (que por cierto le da un toquecillo picante amable)
-Dulce de leche
-Pasta de Toblerone
-Leche condensada
-Mermelada de manzana con canela
-Y la estrella: dos cayenas despedezaditas con mis propias manos (y luego cualquier cosa me picaba a mi...glups)

En mi descargo tengo que decir, que al destinatario del regalo le gusta el picante. Aunque... no tanto...

La verdad, creo que soy fan de las bromas repostéricas.


Y bueno, pues qué coño ¡que también es día de disfrazarse!¡ Re-mix de todos los 31 de octubre! Y la verdad es que me encanta. Aunque odio un poco todo el género miedo (es de los pocos que cinematográficamente es un no), así que "estilísitcamente" también opté por la Catrina, la calavera mexicana. La otra razón es porque tuve que improvisar con las cosas que tenía por casa, porque siempre soy poco previsora...
Algo de maquillaje de cuando... bueno, de allá por... vamos, que o no es muy reciente o es de mi neceser habitual (como el eye-liner) y un vestido de hada-princesa de cuando tenía como 12 años y que me estaba pequeño, pero apañaus...

Haré una excepción y subiré una foto mía...